Lo que se lleva ahora: a golpe de triples en un Pazo extraordinario entre COB y Estudiantes

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Una crónica desde el interior de lo que se vivió en el Pazo en el partido entre el COB y el Estudiantes

Camino del Pazo nos hablaba Angel “Irixo” (nos acompañaba también su hijo Carlos) de su condición de seguidor del Estudiantes, que parte de su etapa madrileña, cuando, allá por los 70, cada mañana de domingo, se  acercaba a “La Nevera” -se pueden imaginar porqué-, más que un Pabellón (Ramiro de Maeztu) una escuela de baloncesto. Destaca también su imaginativa afición, conocida como la “Demencia”, que anima constantemente y que hace del humor y la ironía una forma de ver el baloncesto. Donde los “casi” Korac, Liga o Copa se celebraba como un título. Ejemplo, que lo es, de estilo y forma de interpretar el juego: defender, recuperar y correr. Como lo es de tenerlo todo y luego dejar de ganar. Hasta caer en una LEB Oro donde intenta ser cabeza de ratón. Lo que le está costando lo suyo.

Historia que no está de más conocer, sobre todo por aquellos aficionados más jóvenes. Que puede parecer no servir de mucho, pero, cuando menos, el respeto arbitral lo tienen. Ayer fue el caso. Como también contar con un gran patrocinio que le permite tener las mejores individualidades: Mark Hugues (24 puntos), Jorgensen (16) y que junto con Leimanis (12) se empeñaron en arremeter contra el aro ourensano desde la distancia. Terrible “small-ball”. Aunque sin continuidad, bastaba que el Pazo tirara de ánimo, se enrachara Manjgafic con 24 puntos, arropado en esa intermitencia por Kuath, para sembrar ilusión y preocupar al banco estudiantil. Pero ese acierto interior ourensano, sumando de dos en dos, nunca llegó para alcanzar el carrusel de triples de Estudiantes, que es lo que se lleva ahora. A poco que se descuidaba la defensa ourensana, para dentro.

Una racha de Pelepic enalteció los ánimos del Pazo, pero no pasó de las sensaciones. Eso sí, un COB carente, una vez más, de dirección en la cancha. Un primer base, Williams, que tiene un suplente, Paciukevicius, que a la vez tiene otro suplente, Cera, que fue quien acabó dando la cara. Difícil alcanzar la seguridad cuando falla de raíz. 

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