Reacción en tiempo y forma del COB

Fahrudin Manjgafic machaca el aro del Albacete ante la presencia de Santana. XESÚS FARIÑAS
photo_camera Fahrudin Manjgafic machaca el aro del Albacete ante la presencia de Santana. XESÚS FARIÑAS
El COB logró la segunda y necesaria victoria en la temporada derrotando al Albacete con una notable mejoría en actitud, estilo de juego y eficacia

Después de varios partidos decepcionantes y dos semanas de inquietantes manifestaciones en los despachos, el COB mejoró notablemente su imagen y estilo de juego en un acogedor Pazo, contra un presumible rival en la lucha por la permanencia, el Albacete.

A falta de necesarios refuerzos, el técnico Guillermo Arenas parece perfilar los roles y el papel de cada jugador. Y en estos roles -al menos en esta ocasión- no entran Tomás Chapero y Chaz Williams, ambos con ficha de extracomunitarios.

Prescindir de dos plazas tan importantes podría ser un lujo imperdonable. No contra el Albacete, tampoco si el resto de jugadores cobistas dan un paso al frente. Estas dos condiciones se dieron, con especial celebración la segunda.

Porque los Pilepic, Willett, Gjuroski o Peciukevicius no son tan malos como aparentaron en partidos anteriores. El primero anotó los ocho primeros puntos del partido y marcó el camino hacia el aro rival, con triples o sencillas penetraciones. Todo el juego de ataque salió de las manos del croata.

Shaun fue “show” Willett. El estadounidense por fin logró conciliar su impresionante condición física con efecto real en el rendimiento para su equipo. Una bestia al rebote ofensivo, una avalancha en contragolpe. Cuando mejore su tiro en suspensión y lectura de juego recibirá llamadas de arriba.

Peciukevicius asumió el papel de director que demandaba con urgencia el equipo. Y fue más Von Karajan que jugador, ordenando, repartiendo el balón al jugador más adecuado, defendiendo y animando a sus compañeros.

Dos jugadores más se sumaron a la fiesta en el tercer cuarto, en otras citas fatídico. El bosnio Fahrudin Manjgafic -vayan memorizando su nombre- y el macedonio Stojan Gjuroski, soltaron por completo sus muñecas en una sucesión de triples que destrozaron el partido y marcaron la máxima ventaja ourensana, 65-46 en el mejor cuarto de la temporada.

Uno por aquí, otro por allá. La diferencia más importante del COB con respecto a los tres últimos partidos fue la actitud con la que recibieron al Albacete. Intensos y concentrados en defensa, cerrando mejor el rebote y mejorando las ayudas. Era ese primer paso que se les presumía -ya se les exigía- para competir en esta Liga.

Mediante la defensa, el COB pudo soportar los malos momentos en ataque y asentar los fundamentos del partido. Cierto es que después se perdió el nivel. Ahí, la inspiración en el tiro exterior permitió llegar al final del encuentro con un cómodo colchón y, por fin, un partido y una victoria tranquila. Siempre por delante, desde el primer minuto de partido.

Victoria necesaria. Victoria de reivindicación para muchos jugadores. Victoria con riesgo de espejismo. Ni el Albacete fue un púgil de suficiente calibre ni el desarrollo del encuentro puso en duda las deficiencias del equipo de Guillermo Arenas. Vale para no ser el último de la cola, pero el COB necesitará más para salir de la zona roja.

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