Sangre, sudor y permanencia para el COB (76-80)

El COB se asegura la permanencia
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El COB confirmó su salvación matemática después de su triunfo en la pista del Iraurgi en un duelo lleno de tensión, triples y con un Manjgafic decisivo

Para presumir hay que sufrir, sentencia el dicho. Lo sabe bien el COB 2022-2023. La permanencia no podía llegar de otra forma que con un partido tenso, no apto para cardíacos y que hubo que ganar más de una vez. Pero los ourensanos lo hicieron. Se impusieron a un Iraurgi que se jugaba la vida y, tras el 76-80 final, las matemáticas ya avalan una salvación ganada a pulso, aunque a veces este fuera tembloroso. 

A base de triples arrancó y acabó el primer parcial, como si fueran un par de versiones patrias de los Golden State Warriors. Especialmente los de Félix Alonso, ante una defensa que permitía e impulsaba ese tipo de juego. El mayor acierto ourensano, con Gjuroski como principal exponente, se complementó con un Kuath que solo estuvo fino dos minutos. Agua para apagar el fuego con el que quiso comenzar el Iraurgi, obligado a no dejarse nada dentro. Controló bien la intensidad local y subió la apuesta para irse al primer parón mandando 15-17.

El segundo parcial se inauguró con un guion similar. Incluso mejorado. Pecikevicius y Pilepic se unieron a la fiesta exterior para coger ocho de renta (17-25, m.12). No duró mucho la alegría. Apretaron los vascos antes de que se les fuera el caballo. Pero la goma seguía amenazando con romperse a favor de un COB con personalidad, incluso, cuando no acompañaba el acierto. Las cosas se apretaron, pero un final valiente y decidido de “Peci” permitió mantener la iniciativa cuando se llegó al descanso (31-36).

Siguieron los ourensanos acumulando minutos por delante. Manjgafic sacó a relucir su capacidad ofensiva paha hacer zozobrar la nave local. El 34-46 ofrecía un momento de oro para hacer sangre y pegar el estirón definitivo. Pero el COB de este año es un termostato baloncestítisco. Pasó del caliente al frío en un minuto y dejó que su rival redujese la brecha.

Unos tirones que se convirtieron en habituales. Cuando parecía que sí, el Iraurgi decía que no. 

Chaz Williams empezó un duelo personal con Beñat Hevia en el puesto de base que empezó mejor de lo que terminó. Peligro de colapso y el aliento del rival encima. Literalmente (61-61, m.33).

Lo siguió fiando al triple el COB, con lo que tiene eso de cara o cruz.  Pero el cumpleañero Ferrán Ventura tenía el “picorcito”. Con Peciukevicius tirando de físico, se volvió a acercar el cuadro ourensano al premio de la permanencia. Y, una vez, igual que se abrió esa puerta se cerró.

Hevia se puso el traje de superhéroe para acortar distancias e incluso poner por delante al Iraurgi una eternidad después. Fue Manjgafic el que cogió galones. El bosnio vale un potosí. Asumió la responsabilidad y, con una jugada de 3+1, puso las cosas en su sitio. Los vascos entonces terminaron por hacer el “harakiri” con una técnica y una antideportiva cuando tenían que hacer falta a la desesperada. Ventura fue el encargado de ponerle el candado a la victoria y a la permanencia. 

Con dos jornadas por delante, el equipo cumplió con el objetivo. Pueden respirar tranquilos, que ya tocaba. Club y aficionados. El COB es de Oro. Y del bueno. A pensar en el próximo curso. Sin pausa.

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