Diario de una cuarentena

Siete temporadas= siete años

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Siete años llevo ya viviendo en Ourense, porque para los que no lo sepáis, los profesionales del deporte contamos los años por temporadas y no por años naturales. Es decir, cuando yo hablo en septiembre de algo que ha pasado en abril del mismo año, siempre digo “el año pasado …” y al revés. Por lo tanto, siete temporadas = siete años.

En este tiempo he podido aprender mucho de la gente de aquí; de sus costumbres, gastronomía, capacidad de trabajo, etc … Porque cuando te invitan a vivir en un sitio debes empaparte de todo y de esta manera evolucionar como persona. Aun así, hay dos características diferenciales de esta ciudad con el resto de las que he vivido. Las expongo a continuación:

  1. Los intermitentes en los vehículos. Creo que en Ourense merecemos el mismo respeto que en el resto del país por parte del sector del automóvil. El ourensano está deseoso de que su palanquita del lado izquierdo del coche haga el clásico sonido “tic – tac” que cuentan conductores de otras ciudades y que aquí nunca se ha escuchado. Yo ya hice una denuncia sobre el tema en redes sociales, pero cayó en saco roto. Quiero recordar que ésta es una provincia de motor como lo muestra, desde 1967, su Rally de Ourense, con 52 ediciones realizadas.

  2. El paso de peatones. En Ourense tiene un poder especial y dota al sujeto que va a hacer uso de él de una protección extra frente a cualquier vehículo −sea del tamaño que sea− del nivel de la armadura de Iron Man. Desconozco si esa armadura puede transformar energía cinética y calórica en eléctrica, pero de lo que estoy convencido es que insufla al peatón de una seguridad anormal sólo antes vista en Cristiano Ronaldo cuando hace un anuncio de ropa interior o exhibe un nuevo corte de pelo. Mi experiencia me ha enseñado que cuando un viandante se acerca a un paso de cebra, su velocidad se acelera, no sus pulsaciones, y sin mirar −como nos enseñaron de pequeños− a derecha e izquierda (o a izquierda y derecha, que la gente está muy susceptible en estos tiempos con eso), cruza y a mitad de camino te mira desafiante. No sé si el significado es: “¡Cuidado! Que te destrozo el coche” o “Si me atropellas, te denuncio, porque no has puesto el intermitente”

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