También empieza el basket

Señoras y señores, vuelve la ACB y lo hace con un formato súper atractivo, para terminar la liga de la mejor manera posible. No les voy a contar aquí cómo va a ser porque seguro que, o ya lo saben o en algún artículo de este periódico se lo han explicado. Yo de lo único que quiero escribir es de la envidia que tengo. No sé si es sana o no, porque tampoco creo mucho en que ese pecado capital pueda tener esta característica. De todos modos, voy a ponerles un ejemplo y ustedes mismos juzgan. Imagínense comiendo en un restaurante y piden el mismo plato que alguno de sus amigos. Pues estoy igual que cuando la porción de carne o de pescado, o de lo que haya pedido, es más grande la del otro que la mía y no dejas de mirar ese plato y el suyo (espero que estén visualizando ese gesto porque todos lo hacemos). Ahora, si son tan amables, me dicen si eso es sano o todo lo contrario. Y es que pienso en todas las sensaciones que van a vivir los participantes de esta fase final y no puedo dejar de sentirme así. Para que se hagan una idea, el formato es como cuando piden una caña y traen un plato de patatas de aperitivo, en vez de aceitunas. Ahí ya has ganado, siempre y cuando sean de esas crujientes hechas en Xinzo. Pues a todo eso, sumen que el plato viene con una buena ración de las que están dobladas, como si de un caramelo se tratara, que cada vez que las metes en la boca, te inunda un torrente de sabor. Pues así va a ser cada partido. Siento el retraso, pero tuve que ir un momento al dentista y les tengo que contar algo que me ha pasado. Mientras estaba en la sala de espera, he oído un ruido estridente que venía de la calle. Me he asomado para ver que pasaba y he visto, en la ventana de en frente, a un tío con una cacerola y una cuchara dándole con la misma energía que le pegas a un cajón que no cierra. Me ha extrañado que pudiese ser una cacerolada individual y a las 20:51, incluso pensé que se estaba preparando una tortilla de 14 huevos y salía a la ventana para no salpicar. Al llegar a mi casa he caído en lo que estaba haciendo. Seguro que estaba calentando para animar a alguno de los seis equipos que juegan mañana. ¡Empieza el basket!