LEB ORO / PLAY OFF

Tengo el corazón contento

photo_camera Las dos principales armas de la aguda sordera ilerdense: "baquetas" y bombo.

El "revival" musical de D.J. Tibu le indicó el camino de los vestuarios al rival, con la primera de las derrotas del play off en el bolsillo naranja 

La clave me la dio, a poco de comenzar el segundo de los cuartos, un viejo conocido de la actualidad municipal ourensana en la etapa de Manuel Cabezas, "Vicenzo" Alonso: "Te veo superado por los acontecimientos". ¿Y quién no?, me pregunté.

Les pongo en antecedentes. A mi izquierda, una de las parejas más estables de la prensa española, R&M (Ron y Montero). A mi derecha, una leyenda -de la vivas- de la crónica deportiva ourensana, gallega e, incluso, peninsular: el mítico José Manuel Fernández Sobrino, el mismo que con su extensa y dilatada experiencia se preguntaba -nada más pisar el interior el Paco Paz- "¿a dónde nos llevará el viaje?" que pasadas las nueve de la noche comenzábamos a emprender.

Si miraba a las camisetas azules, me merendaba un "Juego de Todos" como lema. La careta de Alzamora, en el bando visitante; las psicodélicas deportivas de Kahling, y las "baquetas" -así denominadas por el animador local D.J. Tibu me recordaban a la saga de la guerra de las galaxias. Para completar mi desasosiego, el público animaba vestidito de azul pero con instrumental a juego del atuendo visitante. Y en uno de los marcadores, el local era el COP. En su vecino de enfrente, sí que lo era el COB. Más que un juego de todos, era un juego de locos, de tarados por ver cómo el equipo de la ciudad se plantaba con más cara que espalda ante un viejo conocido de la ACB. Para más inri, por si las espadas galácticas e hinchables facilitadas por el buen vino de Monterrei y esta casa no fueran lo suficientemente hirientes al tímpano de los mortales, Siareiros Cobistas y Os Boinas do COB competían en número de sonoros y estruendosos bombos: seis contra cinco. Lo dicho, porque Toén ha cerrado.

Me refugié entonces en la música, para poder entender algo. Tenía "el corazón contento" en el segundo de los cuartos, cuando el tanteo inicial del primero albergaba ya opciones de victoria cobista. La banda sonora de Misión Imposible les indicaba su suerte a los de Joaquín Prado en otro de los tiempos muertos del tercer periodo. En el cuarto, y como si de un canto a la resignación visitante se tratase, Opus y su formidable y Live is life arengaba al entonces absolutamente entregado público de O Pazo camino del primero de los triunfos del play off.

Sobró el baile de la victoria a ritmo de pasodoble torero español -Paquito Chocolatero- tratándose de un rival llegado de una parte del país donde la independencia sigue ocupando algún titular de prensa. Quizás A Rianxeira, para despedir a una entregadísima afición hasta el próximo domingo a las siete de la tarde en idéntica ubicación, podría ser premonitoria del tercero de los rivales (Breogán) en esta lucha por un puesto en la ACB quince años después, como el buen vino de barrica. De Denominación, por supuesto.

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