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¿Tú cómo lo estás viviendo?

Besos y abrazos
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Yo no tengo ninguna duda de cómo estamos llevando mi generación la situación actual. Tengo claro que los hay más positivos y más negativos, optimistas y alarmistas, con más o menos miedos y seguro que todos con muchas preocupaciones. Algunos focalizan sus críticas en los políticos de turno y otros prefieren centrarse en agradecer a los que no descansan ni un turno.

También creo saber la forma de pensar de nuestros padres, acostumbrados ya al largo recorrido que han tenido y al conocimiento que la experiencia les ha dado de que de todo se sale si estás preparado. Seguro que ellos lo viven con la inseguridad de ser la famosa “población de riesgo”, pero conociéndolos, estarán más preocupados por el bienestar de sus hijos y nietos que por el suyo propio. Porque no nos engañemos, esa generación es así, ya veremos cómo será la nuestra a su edad.

De los adolescentes es difícil opinar, los habrá que estén atormentados por no poder salir de casa y en cambio otros empezarán a sentir las inquietudes del que vive por primera vez una crisis de cualquier tipo.

Pero, ¿y los más peques? Esos en cuya cabeza existe un mundo maravilloso, mezcla ficción y realidad. Me encantaría poder hablar individualmente con varios niños y niñas de 10, 11 o 12 años y preguntarles; ¿tú cómo lo estás viviendo? Creo que sería sensacional saber sus pensamientos y cómo están gestionando la información que reciben. Qué razonamiento hacen al no poder ir al colegio, o salir a la calle, o celebrar su cumple, etc…

No puedo hacerme una idea de los sentimientos de esos niños que no pueden abrazar a su mamá o papá porque están infectados o, simplemente, sus padres son de ese grupo de trabajadores que, a diario, se enfrentan cara a cara con el virus y tratan de vencer la batalla a la maldita pandemia. Lo duro que será para sus papás es evidente, pero ellos saben el motivo, en cambio es difícil explicar a un niño la razón por la que no puede besar a los que más quiere en el mundo porque eso puede hacerle caer enfermo.

¿Habrá después de esto una generación futura que tema el contacto físico o, por lo contrario, saldremos fortalecidos y nos convertiremos en una sociedad mucho más cariñosa?


 

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