El COB se despidió del Pazo con una victoria que reivindica su magnífica temporada, pase lo que pase en Bilbao
En un hecho poco habitual, el COB terminará la temporada disputando la fase decisiva lejos del Pazo. Una magnífica temporada, se mire cómo se mire, suceda lo que suceda en Bilbao. Que un club preparado para luchar por la permanencia se encuentre hoy a dos partidos de la liga ACB es un éxito a celebrar en toda la provincia.
El mérito es mayor al vencer por 3-0 en la eliminatoria a uno de los mejores equipos de la liga, sin el concurso de tu base titular -ahora entrenador ayudante- con una rotación de ocho jugadores -Muratovic mirando a la Meca- y en un horario en día laborable impuesto por la Liga, pensado para restar público al Paco Paz.
No importó. Los aproximadamente 3.000 espectadores disfrutaron con el último trozo de la tarta. Supo a poco. No hay más. Se quedó corto. Se apuró con los dedos y la lengua. La única forma de pasar el mono ahora es desplazarse con el COB a Bilbao, en una fase final donde cuatro equipos parten con un 25% de ascenso.
Si el COB ganó la eliminatoria al mejor de cinco partidos contra el Oviedo con la mayor parte de pronósticos en contra, es razonable ilusionarse con un partido de semifinal, sin nada que perder, sin losas ni peajes ni exigencias, contra Granada o Palma, quienes llegarán con un encuentro, quizá dos más, en sus piernas.
Sueños al margen, la realidad obliga a reconocer el gran trabajo del club que, esto no para, permite disfrutar pero obliga a pensar ya en preparar la próxima temporada. Tanto en el aspecto económico como el deportivo. ¡Enhorabuena!
