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Subir un monte

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photo_camera Ilustración de una subida a la montaña

En estas soleadas fechas es preciso realizar actividades de ocio, que relajen la mente, que te ayuden a entrar en contacto con la naturaleza, que resulten saludables, y en general que te hagan más feliz. Y si no, siempre puedes subir un monte. El alpinismo es una práctica muy buena para la salud de todos mis amigos. Conozco a numerosos montañistas y a menudo, cuando tengo ratos libres, me encanta acercarme a saludarlos al hospital. Siempre cuentan historias apasionantes sobre las maravillas que esconde la naturaleza allí arriba y lo bueno que es para la salud. Pero de pronto llega la enfermera con la anestesia, para otra operación del tobillo roto, y se lo llevan, y me dejan con la sonrisa en la boca, justo ahora que iba a contarles lo mucho que me gustaba de niño este asunto de trepar por los accidentes geográficos. Que por algo se llaman accidentes.

¿Qué hay arriba?

Moisés bajo del monte con las tablas de la ley. Pero creo que es la gran excepción. Nadie ha bajado de lo alto de una montaña con nada realmente interesante, excepto alguna que otra mordedura exótica. Sin embargo, seguimos escalando montañas como si nos las fueran a quitar todas mañana.

Es imposible no preguntarse qué es lo que hacen arriba todos esos miles de aficionados al ascenso montañero. Es el secreto mejor guardado del montañismo. Nadie sabe lo que oculta la cumbre. Mientras no había aviones podía entenderse que las vistas de un buen pico fueran realmente seductoras. La brisa de la montaña tiene algo particular, ese frío azul que te hiela los pulmones, pero no estoy seguro de que eso sea bueno para tu organismo. Y en cuanto a dejar atrás la ciudad, también puedes conseguirlo bajando un valle o atravesando una cueva, que a menudo es menos cansado que escalar contra la gravedad. En cambio la gente prefiere subir y verse allí arriba.

La mayor parte de los que coronan una gran montaña se sienten vencedores. Cuando vayas a sus casas te enseñarán las fotos. En todas hacen el símbolo de la victoria, como si hubieran vencido una guerra. Es difícil de explicar si no lo has vivido. Es un sentimiento lleno de vida. Al instante, se ponen de pie, otean el horizonte, sacan una foto con los deditos dispuestos en uve, hacen un pis, y comienzan la segunda parte de la aventura: el descenso.

Equipamiento

A pesar de todo: si no lo has hecho nunca tienes que probar a subir un monte. Para hacerlo necesitas este equipamiento:

-Botas de montaña. Es el tipo de calzado que llevan ahora los chicos con traje para ir a trabajar.

-Ropa de abrigo. Piensa en algo con plumas o polar, y que sea muy feo. El abrigo largo color café con leche no suele ser respetado por los agentes naturales.

-Mochila. Truco de alpinista experto: ¡llévala vacía y te quitarás un peso de encima!

-Guantes. Indispensables. Puede que te quedes sin comida, sin dinero, y atrapado en la nieve. Y en ese caso tendrás que atracar un banco sin dejar huellas.

-Mapas. No cargues con todos esos papeles. Llévalos en un lápiz USB. Seguro que ese compañero de excursión cuya mochila es dos veces su estatura lleva dentro una impresora.

-Linterna. Siempre es fundamental llevar una linterna. No olvides que por respeto al medio ambiente, debes llevarla sin pilas.

-Cantimplora. Aunque no lo creas, todavía nadie ha canalizado agua a lo alto de las montañas, a pesar de que miles de turistas se afanan en subirlas cada año.

-Saco de dormir. Llévalo siempre. Nunca sabes cuándo se va a desatar una carrera de sacos y no debes perder esa oportunidad de asombrar al mundo con tu vieja habilidad universitaria.

-Tienda de campaña. Llévala si te hace ilusión. De todos modos, en Europa está prohibido acampar en cualquier sitio, excepto en las tarimas de las tiendas de tiendas de campaña.

-Comida. En teoría en la montaña hay un montón de comida. El problema es que tiene pelo, corre muchísimo y muerde.

Fauna en verano

Sin duda, la fauna estival de montaña es una delicia. Y es quizá uno de los grandes motivos para dedicarse al montañismo. Hay miles de suecas y rusas bellísimas aficionadas a subir al monte en verano. Es cierto que no están muy atractivas con un puñal en los dientes, tierra de camuflaje en la cara, y botas militares, pero grandes noviazgos de la historia han comenzado en lo alto de un monte. Quizá tantos como los que han terminado en lo más profundo de un valle.

Aparte de las rubias, también puedes encontrarte aves rapaces. Se comen a las ratas, a las serpientes, y a todos los bichos que te dan asco, así que se merecen un respeto por tu parte.

Actividades ilegales

Todo lo divertido que puede hacerse en lo alto de una montaña es delito.

Mordeduras de serpiente

Ante la mordedura de una serpiente, lo mejor es devolvérsela al instante.

Montañismo en coche y otras variantes

El autor es el ideólogo y promotor de una nueva corriente que está expandiéndose a gran velocidad. Se trata del alpinismo en coche. Después de muchos años de dolorosos ascensos a escarpados picos, he realizado un trabajo de campo sobre los beneficios de subir la montaña en coche, encontrando grandes ventajas:

-Es más rápido.

-Los golpes y picaduras se los lleva el coche.

-Puedes levantar la cabeza y ver el paisaje sin ahogarte.

-No necesitas conversar con los otros montañistas. Sube la ventanilla.

-No es necesario que lleves la mochila puesta. Esto protege tu espalda.

-Desarrolla tus reflejos. Especialmente cuando pisas el freno al borde del abismo.

-Puedes obtener el mismo resultado que cualquier otro montañista al coronar el pico: un pis y una fotografía. Pero hazlo fuera del coche.

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