Cartas al director

Más claro imposible, Pedro y compañía

 “Pal’ que tiene buen caballo, el rebenque está de más” 

(Milonga de Atahualpa Yupanki)

No me cabe duda alguna que de entre todos los corceles con que cuenta la cuadra regia, el PSOE es un caballo acaparador de las atenciones de su dueño, la familia Borbón. Y lo es, por cuanto ha dado y da fidelidad a sus amos, cuando necesaria es su defensa de los ataques de una horda de bárbaros desafectos a su Reino. Una vez más, merced al voto negativo del PSOE, la Mesa del Congreso ha rechazado una comisión de investigación sobre el origen del dinero percibido de una donación privada, con el que intentó defraudar al fisco, el Emérito, Juan Carlos I, alias el Campechano. En los intentos anteriores y fallidos, las huestes “sociolistas” asentaban su negativa al informe disconforme de los Letrados de las Cortes, teniendo el carácter no vinculante de tal dictamen. Para que nos entendamos, no se podía investigar porque así lo consideraba un documento jurídico.

En el nuevo intento para crear una comisión de investigación, en esta ocasión, sin embargo, el PSOE hizo caso omiso del dictamen de los Letrados, que ahora sí era favorable a esa creación. Entonces, ya no se puede sostener que su negativa se basa en un informe jurídico, si no que es un acto de naturaleza política. Y responden tratando a la ciudadanía con afirmaciones peregrinas. Una comisión de investigación no necesita explicación. Se trata de indagar ilicitudes, y no un acto de control a la Monarquía, vedada, lamentablemente, por la Constitución, al estar tasados dicho controles. La ausencia de controles ha derivado en la opacidad de la fortuna de miembros de la Casa Real.

Y Margarita Robles, no sé si haciendo maniobra militar alguna por los cerros de Úbeda, se despacha sin despeinarse: “Creo que de alguna manera se puede tratar de estar cuestionando nuestras instituciones. Y en una democracia sólida y seria no es bueno que las instituciones se cuestionen”. No se está cuestionando institución alguna, lo que se intenta es que nuestras instituciones funcionen libres de mácula alguna. En donde las instituciones están exentas de investigación, es en los regímenes dictatoriales. Juan Carlos I ya no es jefe de Estado, y, por lo tanto, no ocupa un cargo institucional. Investigarle es un acto de salud democrática, cuando se ha demostrado que, creyéndose inviolable, rehuía al fisco, y que vivió a cuenta del erario púbico, y aun ahora que le mantenemos en su estancia arábiga con cargo a Patrimonio Nacional. Si alguien ha socavado la institución monárquica ha sido el Emérito con sus corruptelas, su proceder inmoral, sus mentiras. No, políticos de pesebre. Erran, pues, los ciudadanos no estamos en establo alguno, para que nos intenten dar esa alfalfa híbrida con la que se alimentan percherones, como ustedes, que arrastran las cargas regias.