Cartas al director

Este PSOE

En el año 1989 acudí como delegado por Ourense a una convención nacional de la corriente interna del PSOE llamada Democracia Socialista, liderada por Ricardo García Damborenea. A la hora de la comida, siendo yo poco más que un adolescente, me tocó sentarme al lado de unos mineros asturianos que eran también miembros de la corriente. En un momento dado, uno de ellos pegó un puñetazo en la mesa y dijo: "Este PSOE de Felipe se ha aburguesado, se ha vuelto de derechas, nos ha traicionado, necesitamos crear otro partido socialista que vuelva a ser lo que fue en sus orígenes". Con frecuencia me pregunto qué habrá sido de aquel minero, qué pensará hoy de este PSOE, del partido de Pedro Sánchez. 

De acuerdo, el tiempo pasa y no vuelve, no se puede mirar para atrás, hoy la sociedad ha evolucionado, es distinta. Pienso, sin embargo, que se ha producido una disensión. Ha habido un corte brusco con la trayectoria ideológica del partido. No es ya que no represente a muchos socialistas de corazón, sino que ya no se reconoce a sí mismo. 

Este PSOE que manda callar a Felipe, que llama fascista a Alfonso Guerra, pienso que ha cortado los lazos con la idea matriz, se ha desnortado, se ha desnaturalizado. 

Yo no pienso como aquel minero asturiano, no creo que sea necesario crear otro partido, ni siquiera remodelarlo. En mi opinión, basta con coser las heridas producidas, volver a lo que siempre ha sido, un lugar acogedor de tolerancia y diversidad, un lugar donde haya corrientes internas de opinión y participación, un lugar para la discrepancia ideológica, no mediática. 

Este PSOE necesita volver a ser lo que fue, un espacio para el encuentro y la reconciliación de la mayoría de los ciudadanos. Ellos sabrán entenderlo y lo agradecerán. Lo agradeceremos todos.