No deja de ser curioso, que una comisión que nació en 1995, con la voluntad de alejar del debate político nuestro Sistema Público de Pensiones, no solo esté formada por políticos, sino que haya conseguido justo lo contrario, situar las pensiones, en un debate político permanente. No es menos curioso, que a dicha comisión vayan a informar todo tipo de organizaciones, pero esta, no se moleste en pedir la opinión del movimiento pensionista, que suma diez años de existencia en la calle.
Considero que esta comisión, además de ser una de las que más cuesta a los ciudadanos, tiene una muy mala imagen entre los/as pensionistas y está mal vista por el conjunto de la de la sociedad, no por lo que ha hecho, sino por lo que no hace. Tanto es así, que los 9,5 millones de pensionistas no notarían en absoluto su supresión.
Necesitamos un Gobierno, que se atreva de verdad a afrontar la solución de nuestras pensiones públicas, pero esa solución, no vendrá nunca de una comisión política, vendrá sin duda de una mesa de dialogo independiente, compuesta por personalidades de reconocido prestigio, de las ramas de la economía y del derecho. Una mesa, en la que no podrá faltar para que tenga verdadero éxito y largo trayecto, el movimiento pensionista.
