Cartas al director

Don Lucio Prado

Querido Lucio: no sabía que te habías jubilado ¡tú no te jubilarás nunca! que echas una mano a todos.

Creo que debiste empezar tu profesión en esta comarca, siendo un rapaz.

Eu tamen escomencei o Maxisterio nesta bisbarra, ti na vila eu nun pobiño... probe, bonito, pero de xentiñas boas, garimosas e xenerosas co pouco que tiñan. ¡Rapaces! Abundantísimos, 40 ou 50, tenros e bos. Estamos contigo en todo. Boa persoa sempre.

Os animais queridos gustábanche a cada cual máis. Non regateaches esforzos, nin de estar pendente de cada un. Lucio, fumos casi veciños... a nos tamen nos gustaban moito os animais. No pudimos tener más que perros, ¡preciosos! de caza y un pastor alemán, fuera de serie. Estuvo muy mal y tú lo sacaste a flote, ¡gracias!

Con todos los que precisaban tu servicio, no escatimabas esfuerzos, ni largos desplazamientos, ni nada. Pueblitos en las montañas, sin tener en cuenta ni nieves, ni lluvias, ni sol.

Siendo castellano, tu mujer, Tere, y tú os adaptasteis a la vida gallega estupendamente... vida, amistades. Sois muy sociables con todos, en actos y cosas culturales y en la vida misma.

Vuestros queridos hijos, hoy jóvenes, Alicia y Diego, estupendos, participaron en todas las actividades que por aquel entonces se hacían en el Colegio Público Comarcal " Bibei", al que asistían con 33 unidades y entre 30 y 40 alumnos por clase. Ese cole , al que recuerdan con alegría aquellos rapaces cercanos, alegres, estudiosos, colaboradores, a los que se recuerda siempre con mucho cariño.

 Tú nunca fuiste corto en colaborar en lo que fuese. En buscar soluciones, trabajo y demás.

Ahora, tócache descansar un tantiño...  dudámoslo! Conocí a casi todos los médicos de los animales que pasaron por esta zona... que sí... estupenda Emilia (ahora en el Barco), don Tomas, don Pablo, don Alfonso y como no don Miguel, mi vecino, gran persona, buen veterinario y muy querida toda su familia... Amparo compañera, parvulista mía... sus hijos ¡como míos! María Amparo, María Isabel, José Miguel y Raqueliña, todos bien situados y a los que no olvido jamás, y la pequeña Raquel, que se nos fue al cielo.

Lucio, que continúes siempre como has sido. Que San Francisco de Asís, como patrono y amigo de todos los animales, tiene que estar muy contento contigo y lo estará y con los demás también. ¡Enhorabuena!

Un abrazo entrañable para toda la familia.