Carta abierta dirigida a mi padre, Antonio Higuero Cardoso:
Hoy, 28 de febrero, cumples 97 años y ante la imposibilidad de felicitarte en persona, lo hacemos desde aquí, aunque después también utilicemos el teléfono.
¡Felicidades, papá! No podemos reunirnos. Lo celebrarás con tu hija y yerno, con los que convives y en la distancia, con el corazón, estaremos también ahí, en A Peroxa, los demás hijos, nietos y bisnietos. La maldita pandemia manda.
Si las condiciones sanitarias por las que estamos pasando nos dejan, no sé si para primavera el virus nos permitirá, como venimos haciendo hace años, pasar unos días en Terroso, nuestro hermoso pueblo. Allí cargaremos las pilas respirando los aires de la Sierra de Penas Libres, contemplando desde casa “O Facho”, el Pico de Cota y la ermita de la Virgen de Portas Abertas. ¡Qué sensación de paz y libertad al salir al balcón bajo la noche estrellada oyendo solamente el croar de las ranas y el trino de los pájaros!
Me encanta oír tus relatos, anécdotas y vivencias mientras dejamos pasar las horas de la tarde sentados en el bajo, echando en falta aquellas partidas de cartas con Julio (q.e.p.d.) y Fé y comentando la ausencia de tantos otros que se fueron estos últimos años. Si algún día queremos ir hasta “A Fontiña”, en la carretera de Soutocobo, ya no podrá ser paseando, sino en el coche. Cosas de los años.
Antes de finalizar, un recuerdo muy especial a mamá que el pasado día 25 hizo 20 años que nos dejó y que desde allá nos está echando una mano y protegiéndonos.
De nuevo, felicidades, papá. Ya falta menos para la gran fiesta celebrando tus 100.
Te queremos. Muchos besos.
