Cartas al director

Dejemos de normalizar los piropos callejeros

Estoy harta. Harta de sentirme intimidada y tener que aguantar el acoso callejero disfrazado de piropos que no he pedido. ¿Por qué un señor a quien no conozco tiene que darme su opinión sobre mi cuerpo? Me resulta violento y frustrante. Muchas veces esos “piropos” me han creado inseguridades que han hecho plantearme si llevo un escote demasiado pronunciado o si me he arreglado demasiado para ir a comprar el pan. 

Pero la realidad es que no importa la ropa que lleve o cómo me vea físicamente; solo por el hecho de ser mujer estoy y voy a estar expuesta constantemente a ese tipo de acoso. Y no lo hacen para que nos sintamos mejor; quieren hacernos sentir débiles y mostrarnos que ellos tienen el poder para decirnos lo que les apetezca. Lo tenemos tan regularizado en nuestra sociedad que mucha gente se echa a reír mientras nos dicen que somos unas exageradas. ¿Soy una exagerada por querer caminar tranquila por la calle sin tener que aguantar estos comportamientos? Dejemos de normalizar los piropos callejeros, por favor. Que sea lo que siempre se ha hecho no quiere decir que sea lo correcto.