Cartas al director

Mamá

Me has dado la vida, eso es más que suficiente para quedarme sin palabras para dedicarte o escribirte.

Nací cuando tenías apenas dieciséis años; ahora que yo también soy madre, puedo comprender lo desbordada que te encontraste, porque eso no nos lo cuentan, pero la maternidad tiene su lado complicado, y tú seguro lo sufriste, dejando todo a un lado para sacarme adelante.

Sé que hoy soy la mujer que soy gracias a ti, y a los valores que me inculcaste, junto con papá.

Tal vez he fallado como hija en algunas ocasiones, pero mamá, el amor que os tenemos es tan grande, que sin querer, al igual que sois nuestro refugio, en vosotras rebotan nuestros días malos.

Tengo mucha suerte de haberme gestado en tu vientre, al igual que mi hermana, con la que recuerdo que a golpe de noches estudiabas para sacarte una oposición y darnos una vida mejor.

Tal vez los últimos años te hayan tratado injustamente, pero sé que ahora se dibuja una sonrisa en tu rostro, no la pierdas nunca mamá, te hace realmente preciosa.

Gracias por estar a mi lado siempre, porque aunque pasen mil años, cuando esté perdida, te buscaré; cuando me desborde en lágrimas, me resguardaré en tu abrazo, y tú siempre serás la primera en saber esos pequeñitos sueños que voy alcanzando.

Feliz día, feliz vida, siempre.

Te quiero...