Cartas al director

Los nuevos inquisidores de la política

Con la quema en efigie de algunos de nuestros políticos a otros, o a personajes de la historia, e incluso se han atrevido a hacer también parodias con la Corona, estos intolerantes nos recuerdan a la historia crítica de la Inquisición española, que ya Ramos Llorente escribió en su día. Es decir cual Inquisición del siglo XXI, sentencian de manera parodiada sin piedad a la hoguera a los tales.
Baldón ignominioso a quienes de una forma u otra no respetan el Gobierno, ni las instituciones y quienes creyéndose tolerantes practican una intolerancia, y luego se dicen de izquierda o derecha, es lo mismo, pues el pluralismo democrático que nos hemos dado en libertad es pisoteado con estas escenas. La burla de carácter mayestático y aumentativo, y su ridiculización puede tener algún sentido en el teatro como vía de escape, pero no como una escena de la vida cotidiana, donde se quiere implantar una idea que a todos nos preocupa y repele, el odio, ya sea nivel institucional, social o entre partidos e ideologías. Esto, en definitiva, es pues una enfermedad que cual cáncer mina las estructuras sólidas de nuestra democracia, y que debería de ser sancionada y extirpada.