Cartas al director

Carta al ministro Escrivá

Reflexión alegórica acerca del uso del papel higiénico y la vaselina, a propósito del continuo retraso de la edad jubilación.

Seré muy breve con esta reflexión que trae causa el paulatino cercenamiento de ciertos derechos consolidados de los trabajadores, en relaciona la jubilación y donde se pretende llegar con el paso del tiempo a postergar la edad de jubilación lo más posible en el tiempo, castigando a quién se jubila, y premiando a quién va a trabajar eternamente. 

Bien, visto lo anterior, cualquier gobierno no puede a costa del ahorro, o del equilibrio de las pensiones no contributivas, obligar a trabajar a la ciudadanía y a financiar el sistema más allá de lo prudente, y del consenso al que se había llegado con los agentes sociales en la mesa de las pensiones, pacto de Toledo, etc... 

Ahora bien tenemos que definir qué es lo prudente, y lo prudente a mi juicio, es respetar los derechos de los trabajadores en sus convenios y acuerdos, y sobre todo el Estado no debería a costa de quién cotiza extender y postergar la edad legal de jubilación cada vez más en el tiempo. 

La segunda cuestión es que se debería para estos temas que afectan a todos, hacer un Referéndum, o una consulta a la ciudadanía en el marco jurídico que proceda. La tercera cuestión, es la metáfora o alegoría, señor Ministro, ustedes que se dicen que protegen a los trabajadores, que son la izquierda, ¿Cómo aplican tan bien la vaselina, para ir poco a poco diezmando los derechos consolidados de la clase trabajadora, a costa quizás del déficit público, y de paso usan con habilidad y elegancia el papel higiénico para limpiarse el trasero con las mejoras sociales conseguidas de quienes cotizan día a día, y año tras año? El aumento de la esperanza de vida no puede ser una excusa para alargar la jubilación al infinito, dejando a un lado y en parte postergando su derecho al trabajo, a los colectivos más jóvenes. 

En último lugar, como se dice en el lenguaje periodístico, “el papel lo aguanta todo”, entre comillas, no justifica ese buenismo social europeo alejado de la realidad, y con perdón, ese papel, lleno de suciedad y vaselina ante la propuesta neoliberal de Bruselas, de trabajar eternamente, porque hay que ahorrar costes. A pesar de la vaselina, sepa sr. Ministro que los trabajadores y demás colectivos poco a poco se la van hincando. Y lo peor de todo es que ningún líder político diga nada, ni siquiera que eso duele.