El día 12 de mayo se celebró el Día Internacional de la Enfermería, y me gustaría que aprovecharan esta ocasión para dedicar unos minutos a pensar en la gran labor que realizan estos profesionales y que muchas veces pasa desapercibida.
Recuerdo ya hace años que mi abuelo sufrió una fuerte dolencia. Además de un ingreso largo, nos tuvimos que acoger a un programa de ayuda familiar para que pudiera ser atendido correctamente. El personal de enfermería lo cuidaba con una dedicación y una ternura entrañable, y ayudó la familia a superar los momentos más difíciles.
Si lo piensan, seguro que muchos de ustedes pueden recordar algún momento similar. Y aun y así, con el gran servicio que prestan, la profesión sigue cargando con un fuerte estigma. En pleno 2019 se siguen escuchando frases como: "solo limpian culos", "no llegaban a medicina" o "es cosa de mujeres" entre otras barbaridades. De hecho, sobre el estigma del género podría escribir unas cuántas cartas, pero no es mi intención.
Lo que quiero que entiendan, aquellos que todavía no lo hacen, es que el sistema de salud requiere la coordinación de todos sus profesionales para que funcione, y que nosotros, los ciudadanos, podamos hacer uso. Ningún profesional vale más que otro, ninguno es dispensable, cada uno aporta sus habilidades para hacer funcionar el engranaje. Y recordemos también que detrás el uniforme se encuentran personas. Personas a quienes mejorarán enormemente su jornada de trabajo dedicándolos una sonrisa o un simple gracias. Gracias enfermeros.
