Cartas al director

A bote pronto o a bote lento

El término “a bote pronto”, se emplea con mucha frecuencia en la vida cotidiana para expresar que se actúa de manera improvisada, sin pensar.

Cada vez es más frecuente escuchar esta frase, que suena más a una excusa anticipada ante el temor a equivocarse, que a una opinión a tener en cuenta. 

Creo que si alguien se muestra interesado en saber lo que pensamos, sería más correcto decir “a bote lento”,  es decir, “déjame tiempo para pensarlo antes de manifestarme”.

De esta forma supongo que cometeríamos menos errores, o no. Quién sabe.

Esta reflexión ha surgido el día de reflexión previo a las elecciones, hablando con mi querida prima, la afamada directora teatral Cristina López del Hierro, sobre el posible resultado de las mismas.

Así, “a bote pronto”, le dije, creo que vamos a ir a unas terceras elecciones, y luego me quedé pensando que hubiera sido mejor decir, “a bote lento”, aunque la respuesta, en este caso, hubiera sido la misma, porque, sinceramente, que los actuales líderes políticos no tienen la altura de Estado suficiente para encontrar soluciones que desbloqueen la situación política, y es por lo que creo que nos vemos abocado a nuevas elecciones.