Cartas al director

Despedida a la francesa

Y por la puerta de atrás de La Zarzuela. Es lo que ha hecho Juan Caros I. 
Para no tener que pasar el trago de decirnos adiós de frente y de palabra, ha optado por despedirse por carta y a miles de kilómetros de distancia, con una simple y escueta nota en la que se dirige cariñosamente a su hijo, manifestando su absoluta disponibilidad, no sé para qué, sin el más mínimo gesto referido a los “errores” que, supuestamente, ha cometido, y que son los que le han empujado a marcharse de España.
Despedirse así, de esta manera tan fría y distante a mí personalmente no me ha gustado lo más mínimo. Tampoco me habría parecido apropiada una aparición pública tan lastimera como cuando regresó accidentado de Botsuana; pero sí, al menos, dar la cara y no tratar de liquidar el asunto como lo ha hecho, probablemente tomando el sol desde alguna playa del Caribe.