La imperiosa necesidad de sacar adelante el final de la Liga Santander ha obligado a plantear una alternativa que a los aficionados se nos está atragantando.
No sé si a muchos aficionados les pasará lo mismo que a mí, que ya no sé si el Atleti jugó ayer, si jugará hoy, mañana y contra quién.
Acabamos de salir del estado de alarma y nos ha puesto partidos todos los días y a todas horas. Estamos ya en verano y lo que menos apetece es ver un partido por la mañana, a la hora de comer, durante la siesta, a media tarde o a las diez de la noche. Y peor sin ambiente en los estadios.
Creo que mal negocio ha hecho los responsables de la cosa al meternos el fútbol con calzador. Desconozco los resultados de audiencia televisiva aunque supongo que, como yo, alguno más habrá desertado en esta época.
Habrá que confiar que con el nuevo formato de la Champions se recupere el interés, y que cuando se pueda jugar con público las aguas vuelvan a su cauce por el bien de un deporte que nos lo están sirviendo a granel y descafeinado.
