Desde que se le ocurrió la idea de la Coalición con Podemos como única fórmula de acceder a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez ha ido dando bandazos, resistiéndose como mejor puede a dejar el poder, haciendo concesiones y cediendo cuando es necesario para mantenerse, un equilibrio muy inestable que le va a llevar al final de la legislatura sacando la lengua.
Pero Pedro es mucho Pedro y nadie duda de que volverá a ser elegido candidato de su partido a la reelección, por lo que muy probablemente le tendremos cuatro años más al frente de un Gobierno cada vez más debilitado pero sin más oposición que una derecha muy titubeante que no parece haber encontrado al líder que necesita para hacerle frente con garantías de éxito.
Esta es la cruda y dura realidad de nuestro panorama político, una triste realidad con la que nos tocará convivir a corto y medio plazo, salvo que ocurra algún suceso extraordinario, algo muy improbable habida cuenta de lo que hay a derecha y a izquierda, por lo que habrá que hacerse a la idea ya que no nos queda otra y no estamos para milag
