Cuando Joe Biden tome posesión de su cargo como nuevo presidente de los Estados Unidos, muy probablemente la mayoría de los norteamericanos tendrán la sensación de que se han despertado después de una larga noche de pesadillas. Pero no solo ellos, también en el resto del mundo se respirará con alivio por la extraordinaria influencia que se deriva de la política de aquel país y las controversias surgidas del mandato del Presidente saliente.
Sin entrar a valorar la política de Donald Trump y los aciertos o errores de su mandato, lo cierto es que su figura ha estado cuestionada desde el minuto uno, y que su imagen ha caído en picado al no querer aceptar su derrota en la urnas y propiciar, con su actitud, reacciones tan violentas y antidemocráticas como el reciente asalto al Capitolio, que pasará a la historia como uno de los episodios más vergonzosos de la política internacional.
