Es una extraordinaria noticia que la final de la Copa de la Reina se haya convertido en un acontecimiento deportivo de primera magnitud.
La gran fiesta vivida en Los Cármenes y en las calles de Granada, así como el multitudinario recibimiento que la ciudad de San Sebastián brindó a sus heroínas por el triunfo conseguido, son su mejor reflejo.
No es casual que una cadena de televisión como Tele 5 programara, en horario de máxima audiencia del sábado pasado, la retransmisión del partido entre el Atlético de Madrid y la Real Sociedad, como tampoco lo es que todos los medios lo hayan recogido en titulares.
Todo ello supone un enorme impulso para el deporte femenino en particular, y muy especialmente para el fútbol, deporte femenino que lleva años luchando para ganar visibilidad, y poder obtener con ello obtener mayores recursos para profesionalizar, adecuadamente, una actividad que lo estaba pidiendo a gritos.