Últimamente, encontrar algo en una gran superficie se está convirtiendo en una verdadera cruzada para los que solo vamos de tarde en tarde y para hacer alguna compra concreta.
No sé si les habrá ocurrido a ustedes, pero yo me he pasado una mañana entera deambulando por inmensos pasillos e innumerables estanterías sin poder preguntar a nadie porque los empleados que deben cumplir esa función cada vez son menos y están siempre híper ocupados.
Tengo que reconocer que soy un poco torpe para estos menesteres y que, después de subir y bajar escaleras, tomar el ascensor para ir de planta en planta, por fin, cuando llegué al lugar en donde esperaba encontrar el objeto de mi deseo, este se había agotado y tuve que desvandar el camino de vuelta hasta encontrar la salida que siempre suele estar al otro lado del edificio, como ocurrió en este caso.
