Hay personas que presumen de tener amplios conocimientos y que alardean de ello sin saber hacer la O con un canuto, y otras que poseen una gran sabiduría pero que no sienten necesidad de demostrarlo.
Suelen ser estas últimas las que consiguen que el mundo avance. Son los investigadores, los científicos, los filósofos, los sociólogos, los psicólogos, los médicos, los arquitectos, o los ingenieros. Las personas que se especializan en algo concreto y que se dedican a ello toda la vida, profundizando en el conocimiento de una determinada materia.
Ellos son los auténtico sabios, y entre todos destacaría a los investigadores científicos, descubridores de nuevas técnicas aplicables en determinados campos, los impulsores del desarrollo y de los avances sociales, que trabajan en silencio en beneficio de la colectividad.
No hay palabras suficientes para agradecerles su importante aportación, para animarles a que continúen progresando en sus investigaciones, para transmitirles nuestra energía, para que sepan que la sociedad valora su trabajo por los inmensos beneficios que genera a todos los niveles, y también para pedir que se destinen más recursos a la investigación en los Presupuestos Generales del Estado.
