Cartas al director

El respeto en la campaña electoral

En el siglo XXI todavía muchos políticos utilizan las campañas electorales, no para realzar las cualidades del programa propio, como sería lógico, sino para atacar mordazmente a otros candidatos que representan opciones diferentes, como si no tuviésemos todos los mismos derechos dentro de las leyes. Muchas veces resulta hasta cómico ver el énfasis con que algunos señalan, exagerando, lo que son o parecen fallos en partidos ajenos, mientras ignoran sin inmutarse fechorías cometidas por su partido o por ellos mismos. En los últimos tiempos las cosas han cambiado mucho. Hay que tener en cuenta que el segador y la espigadora se apartaron cuando llegó  la cosechadora; el pico y la pala quedaron desplazados por la excavadora; la hoz y el martillo pasaron de moda porque les dejó obsoletos el viento de la historia. Atrás quedó el cine mudo, el alfabeto Morse, la televisión en blanco y negro… Hoy a través de Internet tenemos acceso a un banco de datos mundial, con posibilidades de información y comunicación  universal… Por todo esto y por mucho más, en las últimas décadas han cambiado profundamente los usos y costumbres en la sociedad, en todo. En todo excepto en el ejercicio de la política, donde algunos siguen igual que antaño: anclados con modales decimonónicos. Goya en el siglo XIX represento  en “La riña”, a dos personajes que dirimen sus diferencias a garrotazos. Ya es hora de que quienes hacen de la política su profesión dirijan sus mensajes apelando a la razón, a la inteligencia de los individuos, porque es una irresponsabilidad enorme enconar a las masas con discursos que incitan a la animadversión.  Parece que aún son muchos los que no han aprendido a tratar con respeto a todos, también a quienes tienen preferencias políticas diferentes, preferencias que son opcionales por naturaleza. Mentir, insultar, sembrar odio, aunque se haga a través de medios muy modernos, son comportamientos impropios de quienes pretenden ser nuestros representantes.