Que funcione un gobierno de izquierdas, de derechas o de coalición, es señal de que a todos nos va bien, que podremos llegar a fin de mes comiendo cuantos más mejor, de que podremos seguir accediendo a la sanidad, a la educación, que las familias no tendrán una casa okupada, sino alquilada o en propiedad donde vivir o donde otros vivan por un precio normal, pero es difícil avalar una carrera de obstáculos que da la salida con un cañón y sin avisar.
Hay quien ayer defendió como candidato su lucha por resurgir, también muchos de los suyos hoy le callan como presidente su ambición, pero mañana le recordarán, como camarada, que en la vida y en política el perdón es de corazón y el olvido la comisión, que llegado el caso, su país le perdonará por ayudar lo que Ferraz no le olvidará por destacar.
