Cartas al director

Nuestros sin hogar soportan ya demasiado: ¿Dónde está el liderazgo político?

n n n Me considero defensor de las personas sin hogar, de sus derechos y vivo en esta hermosa ciudad de A Coruña. La persona muerta por el frío el 16 de diciembre pasado en Coruña era uno de los nuestros. 

Una vida, como otras que le precedieron, bajo una marquesina de la plaza de Pontevedra. Mientras, otros viven aquejados de las más diversas dolencias que cronifican su vida en la calle.

 Dormir unas cuantas noches al raso puede resultar mortal de necesidad.

Esta tragedia, etiquetada habitualmente como un "hecho circunstancial", apenas captó la atención de los coruñeses, al igual que otras anteriores. Cuando no las agresiones que afectan cotidianamente a los sin hogar, en una ciudad que se precia de ser la más hospitalaria de Galicia. 

He visto a los sin hogar de Coruña soportar esa violencia que prende fuego a sus enseres mientras, desprotegidos, intentan sobrevivir en las peores condiciones. Lo que se ha cobrado más de una vida. La ciudad, los medios de comunicación, las personas, no pueden seguir cerrando los ojos, a riesgo de ser cómplices de esta situación

La falta de vivienda es, en sí misma una crisis inadmisible que llena nuestra ciudad de estos eventos trágicos. Veo a estos hombres y mujeres de frente todos los días. Veo el sufrimiento que soportan.

Existe una necesidad muy clara de coordinar los servicios, de crear oportunidades de vivienda hacia resultados positivos y sobre todo en resultados mensurables. 

Otras ciudades lo han logrado y A Coruña también puede hacerlo. Y esto es lo que puede ayudarnos:

1.- Urge poner fin a la criminalización de las personas sin hogar; lo que atrapa a las personas en la exclusión y perpetúa su crisis. Incluir y excluir al mismo tiempo no es posible

2.- Hacer de la creación de oportunidades de vivienda permanente el enfoque principal. La gente necesita un techo sobre su cabeza y un lugar seguro donde dormir por la noche: crear puertas de entrada de modo que les permita romper el ciclo.

3.- Coordinar esfuerzos. Con frecuencia, la mano derecha no sabe lo que está haciendo la mano izquierda, y ambos gastan nuestros euros de los impuestos publicos creando ineficiencia.

Nuestros funcionarios se dan palmaditas en la espalda, mientras pronuncian declaraciones de prensa, una y otra vez, afirmando avances mientras los sin hogar de A Coruña continúan muriendo, o languideciendo en sus calles. 

Acosar al sin hogar mediante multas fue la principal estrategia de muchos alcaldes para lidiar con la falta de vivienda. Usar el dinero de los impuestos para realizar redadas moviendo a las personas de un lugar a otro no es desconocido. Nada ha cambiado, lamentablemente. Un nuevo alcalde tras otro durante su campaña prometen cambios audaces y hasta resultan convincentes. Pero su liderazgo en la toma de decisiones reales simplemente ha estado ausente.

El evento de las víctimas puede ser una tragedia evitable si se implementan los cambios audaces que permitan efectivamente liderar la situación. La caridad no aborda el problema, lo oculta.