El pasado día 23 fue el día internacional de las personas sin hogar, que promueve la visibilidad de quienes se encuentran en situación de exclusión social. La exclusión se apoya en hechos como la precariedad laboral, los desahucios o los recortes salariales -generadores de exclusión- que derivan de las políticas de gobierno.
Las medidas con respecto a esta población siguen siendo las conocidas, de tipo policial y las caritativas: el palo y la zanahoria.
Dentro de este discurso se articulan las políticas asistenciales de atención social, por las que se pasa de una realidad de exclusión material a una realidad de inclusión discursiva, que garantiza la tranquilidad del deber cumplido, de que se está haciendo algo...
La profesora Adela Cortina incide en el término aporofobia para denunciar este rechazo social que denomina "el discurso del odio".
Un 80% de dicha población sufre rechazo con agresiones en la calle. Se sigue criminalizando al pobre.
Es urgente acabar por ello con el actual discurso del odio, y asumir el reto político del derecho a vivienda, como medios de abordar la situación sin hogar.
