Cartas al director

Casi un año después

Nadie podía imaginar lo que el destino nos deparaba. Y no a una persona o dos , ni siquiera a un país, sino a todo el mundo. 

El 17 de noviembre de 2019 aparece el primer contagio a causa de un virus mortal, coronavirus SARS Cov-2, que está matando gente en Wuhan China, sitio que para muchos incluso era un lugar desconocido. 

Pero aquel virus no se conformó con quedarse en China, sino que empezó a recorrer el mundo. Italia, Gran Bretaña, Francia, España. 

Nos llenó de miedo, de incertidumbre, desolación. Era una pandemia mundial. 

Aquello se había convertido en una guerra, una guerra sanitaria contra un enemigo invisible, con poca y confusa información. 

El 14 de marzo de 2020, el gobierno de España decreta un estado de alarma en el cual se nos privó de libertades, pero era necesario parar aquel monstruo que nos estaba dominando. 

La gente se moría a miles diariamente. Las actividades sociales pararon y nuestra vida se convirtió en hacer la compra, ir a la farmacia y poco más. El ejército y los cuerpos de seguridad tomaron las calles y empezamos a ver qué aquello estaba tomando un rumbo no muy esperanzador. Empezaba a recordar a una guerra, pero con armas silenciosas

A las 20.00 había una cita, aplaudir en los balcones y ventanas a golpe de "Resistiré", por la labor de los sanitarios, algo meramente anecdótico porque estaban exhaustos de todo aquel esfuerzo que tuvieron que realizar, se dejaron la piel, y aún se la siguen dejando. 

Y aquí estamos, un año después y casi con el mismo destino. Perdimos muchas cosas por el camino. Perdimos abrazos y besos. Algunos el trabajo. Otros su pequeño negocio. Unos perdieron su forma de vivir la vida, y otros, muchos más de los que quisiéramos, simplemente la perdieron. No pudimos despedirlos como querríamos. Se prohibió todo aquello que supusiera una aglomeración.

Y en todo esto fuimos dejando un poquito de nosotros, porque tuvimos que cambiar muchas cosas. Nuestra manera de vivir . Nuestros planes. Nuestra manera de saludar. Nuestra esperanza. 

A día de hoy el mundo está pendiente de que una vacuna erradique todo esto. Pero aún falta mucho para que esto acabe, quizás otro año más en la batalla.

Solo nos queda confiar, esperar y aún con toda esta incertidumbre.... seguir adelante.