Cartas al director

La clase política es de todo menos solidaria

Nuestros diputados aparte de su sueldo que no es pequeño tienen lo que se llama, “indemnizaciones y ayudas por gastos indispensables”; 917 euros para los residentes en Madrid y 1.921 euros para los foráneos. Y estas cantidades al no formar parte de su sueldo no precisan de pagar el IRPF.

Da igual que sus señorías se desplacen o no como en estas fechas de quedarse en casa; estas cantidades las cobraran todos. Salvo excepciones contadas que las hay, porque se sienten mal y entonces lo donan. Casi nadie quiere soltar ese dinero absurdo que quema por ser rastrero. Con la que esta cayendo como es posible que no se le caiga la cara al suelo.

 Cuando una empresa va prosperando se multiplican los trabajadores, y empiezan a surgir una nueva clase de cargos a los que se les otorga el beneficio de ser supuestos expertos. Básicamente los llamamos directivos, y su función en teoría es la de multiplicar las ventas y los beneficios.

 Nuestro país igual que todos en este mundo capitalista ha desarrollado un brazo armado lleno de políticos, que a la postre no son otra cosa que expertos directivos.

 Cuando una empresa va mal por las circunstancias de la vida, tienen obligatoriamente que despedir trabajadores, reducir su directiva y bajar sueldos.

 Lo harán nuestros gobernantes, o esperarán a que la masa de currantes les saque las castañas del fuego.

 La base social y real que mantiene el país se llama “autónomos”. Van a caer como moscas aplastadas por papeles burocráticos. Pero por suerte para los políticos son personas con la necesidad de comer, a los que no les queda otra solución que reinventarse.

Y ahora imaginaros que después de esta cadena de acontecimientos el país sale una vez más de la crisis, como siempre pues no hay otra. Y entonces llegará el tiempo de las medallas y los políticos poniéndoselas como si ellos realmente hubiesen soportado todas las cargas.