Desde hace tres años resido de forma continuada en el municipio de A Bola cuidando de mis mayores. Este invierno, por razones obvias, no he podido acudir a mi lugar de residencia para vacunarme contra la gripe.
Tengo menos de 65 años y convivo con dos personas de riesgo: una por la edad, 92 años, y la otra por una patología de tipo cardíaco. Por estas razones quería vacunarme ya que así nos lo aconsejan los expertos.
Cuál es mi asombro cuando a fecha de 1 de diciembre me comunican que el Sergas no va a enviar vacunas para la población con edad inferior a los 65 años. Y yo me pregunto por qué los de siempre tenemos que pagar las decisiones improcedentes de algunos cargos políticos que deciden en función de intereses partidistas y no movidos por fines de servicio al pueblo que los ha elegido. ¿Hasta cuándo vamos a llamar a esto Sanidad Pública?
A todo esto debo añadir que mi marido, que sí sobrepasa los 65 años, ha tenido que comprar la vacuna ya que tal como se nos dijo en el ambulatorio: "Por notificación de la Xunta, no se vacuna a los de fuera".
Quiero aclarar que yo aquí pago mis impuestos por la herencia de mis padres, pero me ha quedado claro que "soy de fuera". Quiero añadir, que en el País Vasco, donde emigraron mis padres y yo he nacido, sí vacunan a todas las personas, a ninguna le preguntan de dónde es y tampoco la mandan a su pueblo para ser vacunada. ¿Dónde queda la universalidad de nuestra proclamada Sanidad Pública?
