Cartas al director

Carta de un empresario e informático a los gurús del teletrabajo

Escucho y leo a mucho "gurú" de la digitalización trivializando mucho sobre el tema, como si fuese una maravilla que acaba de aparecer y tan solo consistiese en hacerse con un par de apps y trabajar/consumir desde casa... y no. Lo opino desde mi lado más informático, como desarrollador de aplicaciones web y como gerente de dos centros de enseñanza, y que ofrece formación online desde hace más de 7 años. Duela o no, la digitalización por el lado de la oferta y de la demanda supone pasarse, en muchas ocasiones, a otros mercados, con otras características, mucho menos controlables y fiscalizables, expuestos a diversas regulaciones, más globales, dinámicos y flexibles. Pero también más competitivos y precarios. Y no es que lo vea mal, quizás se trate de la transición hacia un futuro inevitable, con sus nuevas amenazas y sus nuevas oportunidades, pero desde luego mucho más brusca de lo previsto. Y ahí es donde reside el problema.

Va a suponer sí o sí la muerte de muchos modelos de negocio, de muchas culturas organizativas, de una forma tan estática y estricta de entender, por ejemplo, las relaciones de trabajo o las leyes sobre el consumo. Sin ir más lejos, veo a un gobierno empeñado en terminar con la poca flexibilidad laboral que nos quedó de la anterior crisis mientras nos anima a pasar a un mundo dominado por la figura del falso autónomo. ¿En serio?

También veo, con una mezcla de escepticismo y preocupación, a muchas tiendas de barrio quererse reconvertir en Amazon de la noche a la mañana, a las academias adoptando el modelo de Superprof o Milanuncios como nueva revelación, a los restaurantes pensando en cambiar camareros por repartidores, a los políticos legislando a través de las redes sociales..., pero bueno, eso ya es otro tema.

En resumen: lo que tenga que ser, será; pero el camino no será no tan placentero, fácil ni maravilloso como algunos auguran.