Cartas al director

I have a dream

No hace mucho que leí que las personas generosas cumplen siete reglas: 1. Son sensibles ante las necesidades de otros. 2. Observan el potencial de la gente a su alrededor. 3. Son voluntarios que trabajan con otros y para otros. 4. Comparten sus conocimientos y experiencia. 5. Ayudan a lograr el desarrollo de los demás. 6. Entregan a otros su propio tiempo, talento y riquezas. 7. Practican la responsabilidad social.

Si estas son las reglas que definen a las personas generosas está meridianamente claro que en estos momentos nuestro parlamento está falto de la hormona oxitocina que es la hormona que está relacionada con la generosidad.

Aun así, y como me gusta soñar, me voy a permitir la osadía de, a través de esta carta, pedirles a nuestros políticos que sean generosos y solidarios.

Por si no lo recuerdan, colapsados por los continuos yo y tú más en el que están metidos, les voy a recordar que la generosidad es el hábito de dar o compartir con los demás sin recibir nada a cambio. Para motivarlos les recordaré que en momentos como el que estamos viviendo, la ayuda ha sido con frecuencia proporcionada por individuos o grupos que actuaban de manera unilateral en su entrega de tiempo, de recursos, de mercancías, de cobijo, etc. Recuerden a quiénes aplaudimos.

Por otro lado, quiero recordarles que uno de los valores humanos por excelencia es la solidaridad, que como sabrán nos obliga a ir más allá de nosotros mismos, de nuestros intereses personales o necesidades particulares.

Somos solidarios cuando nos “damos cuenta” de que existen individuos o grupos a los que podemos ayudar. Estarán de acuerdo conmigo en que en este momento hay gente que vive las consecuencias de una pandemia que sufre hambre o pobreza extrema, es discriminada, padece alguna enfermedad, etcétera.

Si me hacen un “poco de caso” y son capaces de aplicarse alguno de los atributos de la generosidad y solidaridad, estoy absolutamente seguro de que, no sé Vds. pero muchos, muchos, muchos españoles…. dormiremos mejor.

“Ves cosas y dices, ¿por qué?" Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo, "¿por qué no?". (George Bernard Shaw)