Cartas al director

Situación límite

Nunca, como en las actuales circunstancias, fue tan determinante tener en cuenta la Ley de Murphy: “Si algo malo puede ocurrir, ocurrirá”. ¡Salvar la Navidad! Esa fue la consigna, la prioridad que irónicamente nos recuerda el film “Salvar al soldado Ryan”, permitiendo los desplazamientos entre comunidades autónomas, obviando los cierres perimetrales, para propiciar las reuniones familiares. Pero la pandemia no es una película, es la cruda realidad de una situación límite, desesperada, que condiciona nuestras vidas.

La permisividad en la observancia de las restricciones ha sido la causa de la nueva escalada de contagios, un aumento de las hospitalizaciones y, lo que es peor, de fallecimientos. Y las UCI, así como el sacrificado personal sanitario, duplicando y triplicando turnos, se encuentran al borde del colapso. Y en esa desafortunada dinámica, nuestros gobernantes no han tenido la valentía de tomar las decisiones correctas, por considerarlas impopulares, escudándose en unos datos que mostraban una ficticia mejoría de la situación pandémica.

Si a un paciente que muestra una ligera mejoría se le suprime la medicación, inevitablemente su estado se agravará. Es condición sine qua non, por tanto, mantener el tratamiento hasta la curación total. Y así han de entenderse las actuaciones sobre la pandemia del covid-19. De lo contrario, volveremos a estar como al principio. En cuyo caso, aun a nuestro pesar, tendremos que dar credibilidad a la cita literaria: “La mayoría de los políticos son como alfileres: sus cabezas no son lo más importante”.