Cartas al director

Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar

Soy una madre de un chico que acaba de entrar voluntariamente hace dos meses en prisión, y aparte de tener que mentalizarse y adaptarse, tiene que vivir cada día con el miedo al contagio, sin visitas y abandonados a su suerte, sin psicólogos ni nada que los ampare. Les envío este escrito que me envió mi hijo desde el centro penitenciario y lo que viven allí cada día.

Por favor, les ruego que sean su voz y lo publiquen, para que puedan facilitarles algo para su convivencia, vídeollamadas para las familias o algo, pues son personas aisladas completamente del mundo, pues creo que para esto nadie estaba preparado.

Les dejo el escrito:

Buenos días:

“Somos un grupo de internos que cumplimos condena en Pereiro de Aguiar (Ourense).

Os leemos a diario y hoy nos gustaría que fuerais nuestra voz.

Como el resto del mundo, nosotros también estamos sufriendo las consecuencias del COVID-19, hasta el momento no conocemos ningún caso en nuestro centro. Como presos que somos estamos acostumbrados a vivir en confinamiento, pero el virus ha aumentado nuestro aislamiento, suspendiendo los vis a vis, comunicaciones por locutorio, permisos, etc

Entendemos que es lógico, ya que si entrara el virus en prisión sería un grave problema, ya que hay internos de algo riesgo (personas mayores, VIH, hepatitis, toxicómanos). La mayoría de los módulos están al límite de su capacidad y nos han suspendido cualquier tipo de actividad, como polideportivo, talleres,cursos, lo que conlleva a muchos internos sin ocupación ,en un patio, generando situaciones muy tensas.

A todo esto hay que añadirle como bien habéis dicho en la prensa la escasez de estupefacientes, lo que hace que los drogodependientes -que quiero puntualizar, no son ni la mitad-, estén mas irritables y sean mas conflictivos.

A todo esto se suma que no disponemos de psicólogos que puedan ayudar a la gente que lo necesite en estos momentos. Nos imaginamos que la Junta de Tratamiento prefiere trabajar desde casa para no contagiarnos.

Sí es cierto que nos aumentaron las llamadas de 10 a 15 a la semana, lo que supone un gasto mensual de 150 euros, un gasto que pocos internos podemos asumir, ya que muchos de nosotros vivimos de las ayudas de nuestras familias.

Las medidas tomadas por el centro no tienen mucho sentido puesto que aislarnos a nosotros en ciertas situaciones no impide que el virus entre, mediante funcionarios y trabajadores que vienen de la calle y nos les proporcionan equipos de protección, como mascarillas y guantes. En caso de contagio nos aislarían a nuestras diminutas celdas.

Nos gustaría que se rebajaran las tensiones con los internos y se facilitara la comunicación con nuestras familias, ya que son nuestra gran preocupación y a la vez nuestra calma para sobrellevar esta situación tan difícil y preocupante a la vez.

Un ejemplo, la videollamada, la tecnología es la salvación en estos momentos para muchas personas enfermas, para trabajos, ¿porque no para nosotros?

Queremos mandar desde aquí mucha fuerza y mucho ánimo a toda la gente que esta confinada en sus casas, en especial a los que han perdido a un ser querido.

Pensad que nosotros también somos hijos y nietos de personas mayores, tenemos también familia y nuestros sentimientos aquí dentro afloran muchísimo más”.