Destrozan el parabrisas de varios coches en A Ponte durante la madrugada

Las fiestas de A Ponte finalizaron el domingo, después de cinco días donde la calle fue un gran escenario para desconectar de la cotidianidad. Las barracas apagaron las luces de las máquinas y el silencio sustituyó a la música de los altavoces. Todo parecía volver a la rutina, a ese ritmo tranquilo que solicita un lunes para encarar el resto de días de la semana. O al menos, eso parecía. En la mañana de este lunes la Avenida de Marín amaneció con una escena particular. Tres coches, que se encontraban aparcados por la noche, aparecieron con la luna golpeada y con grandes desperfectos. Abollados y con el cristal resquebrajado, estos vehículos necesitarán una reparación temprana para volver a circular por el asfalto de la ciudad.

Por el momento, no hay culpables, la policía desconoce quién o quiénes pudieron ser los causantes de este delito. Aunque según el cuerpo policial, todo apunta a que el arma empleada fue el cerquillo de la jardinera que se encontraba próximo a los coches. La hipótesis es que alguien decidió rematar las fiestas arrancando el utensilio y arrojándolo contra los cristales del coche en reiteradas ocasiones.

Varios establecimientos de la avenida abrieron sus comercios a primera hora de la mañana, topándose con una escena de la que pronto comenzó a hacerse eco. Algunos afirman que los retrovisores de los coches también fueron golpeados. Esa era la información, aunque ninguno pudo apuntar al causante. El bar La Rotonda vio a los coches policiales acudir al lugar de los hechos alrededor de las nueve.

Un suceso complejo de resolver, según las autoridades, pues las cámaras próximas a la zona no apuntan al lugar. Los vecinos de A Ponte se encontraban sorprendidos por la noticia, nadie tenía información alguna sobre lo acontecido. Una investigación que todavía sigue abierta dentro de la comisaría. Fueron varios los residentes del barrio quienes, sorprendidos por el suceso, bajaron a la calle todavía a la tarde para ver el estado de su coche, temerosos de que el vehículo pudiera tener algún desperfecto. O de si, por el contrario, habrían gozado de la suerte de no pasar la tarde en el taller.

Vecinos consultados afirmaron ser conocedores de algún que otro robo a vehículos por la noche, pero aseguraron que lo sucedido en la madrugada del lunes no es algo habitual. Una forma de divertirse sin ningún tipo de lógica, en la que los perjudicados pagan las consecuencias “de alguien que no tiene ni una pizca de sentido común”.