AVE A GALICIA

2021, una fecha ya casi imposible

Adif apura para tener finalizada la vía y adelanta el inicio de las pruebas de carga de viaductos. Pero las cuentas no salen y 2021 resulta un objetivo cada vez más difícil para que el AVE llegue a Ourense.

Contra viento y marea. Así están trabajando las empresas dedicadas al montaje de la vía, hormigonando en los túneles para preparar la placa de la vía izquierda, extendiendo el carril, regando con balasto... Ni siquiera la adversa situación derivada de la pandemia ha frenado unas obras que acumulan actualmente 90 días de retraso y, si las cosas no se tuercen más, sumarán 9 meses, si se cumplen las previsiones con las que el propio Adif ha actualizado el plazo tras incumplir la fecha de diciembre de 2019. La mayoría de los contratos, incluyendo los de montaje de la vía, tenían ya una fecha de finalización prevista que excedía el año 2019, por lo que era imposible dar cumplimiento a ese objetivo ya desde el momento mismo en el que fueron licitados, en el segundo semestre de 2018.

La situación, a día de hoy, para dichos contratos es la siguiente:

Montaje de la vía entre Pedralba y Campobecerros

Adjudicada a la empresa Ferrovial, inició su ejecución la tercera semana de marzo de 2019. El contrato establece un plazo de trece meses que concluyen en abril de 2020, fecha en la cual no se habrán concluido las obras . El contrato, tiene un ámbito de actuación de 56,15 kilómetros, la mayoría de los cuales, aproximadamente los primeros 32, son en vía única de la plataforma derecha.

Montaje de la vía entre Campobecerros y taboadela

Adjudicada a la empresa Convensa, también empezó en marzo de 2019. Aunque la longitud del tramo es menor, 46,5 kilómetros, lo es en todo su recorrido de doble vía. El plazo de ejecución es de catorce meses que concluyen en mayo de 2020, con lo que tampoco podrá cumplir el plazo. 

Instalación de la línea aérea y sistemas asociados

Adjudicado a la unión temporal de empresas (UTE) formada por Electren y Elecnor, se formalizó el contrato el 5 de marzo de 2019 y comenzaron las obras unas semanas después. El contrato establece un plazo de 22 meses que concluye en enero de 2021. Según las previsiones del Adif, el montaje de la catenaria y de todos los sistemas asociados estará concluido antes de finalizar el tercer trimestre de este año, por lo que, de cumplirse el pronóstico, sería el único de los grandes contratos de esta obra que estaría finalizado antes del plazo oficial. Su ejecución se encuentra en fase avanzada en algunos subtramos, con los postes ya emplazados y buena parte de los elementos que complementan la instalación, salvo el propio hilo de contacto o catenaria. En otros, tan solo hay postes, faltando ménsulas, péndolas, sustentador, pórticos en zonas de emplazamiento de desvíos, etcétera. Y en otros subtramos hay trechos en los que no nay ni postes. El contrato incluye también la electrificación hasta la misma estación de Ourense por el pasillo ferroviario de ancho mixto. En estos últimos trece kilómetros de recorrido no están ni los postes ni ningún otro elemento de la línea de electrificación. A diferencia del tramo anterior, en el que la electrificación comenzó a realizarse meses antes que el montaje de la vía, en este caso, ambos trabajos están siendo prácticamente en paralelo.

Implantación de un corredor de ancho mixto entre taboadela y ourense

Adjudicado a la UTE Copasa-Cosfesa, inició su ejecución el 14 de enero de 2019. El contrato establece un plazo de doce meses que concluyó en enero de 2020. El ritmo de estas obras es irregular, en parte debido a las propias condiciones que establece el contrato, que impide la ejecución lineal del mismo, salvo en los períodos, uno de dos semanas y otro de algo más de tres, en mayo y noviembre del año pasado, en los que fue cortada la circulación ferroviaria y los equipos de trabajo pudieron tomar la plataforma a tiempo completo.

El resto de la ejecución se está teniendo que llevar a cabo en la banda de mantenimiento, una franja horaria nocturna de apenas seis horas diarias. A día de hoy, fueron realizados los trabajos necesarios en la plataforma, como la preparación de algunos drenajes, rebaje de plataforma para alcanzar el gálibo suficiente para que los trenes librasen los túneles con la catenaria instalada, montaje de la vía en placa en dos pequeños tramos, así como preparación de la cimentación de los postes de la catenaria que posteriormente montará la UTE Electren-Elecnor, así como la renovación de balasto, sustitución de las traviesas por otras de ancho mixto, para poder acoger tres carriles, y la renovación de los carriles a la distancia del ancho ibérico que están utilizando actualmente los trenes. Todavía faltan entre otras actuaciones, la colocación del tercer carril, imprescindible para que puedan circular los trenes de ancho estándar de alta velocidad hasta la estación de Ourense.

Actuaciones complementarias entre Taboadela y Ourense

Un mes después del inicio de las obras de adaptación de los 13 kilómetros de vía de ancho ibérico entre Taboadela y Ourense para la circulación de trenes de alta velocidad de ancho estándar, en febrero de 2019 comenzaron las actuaciones complementarias, que habían sido adjudicadas a la UTE formada por las empresas Civis Global y Construcciones Taboada y Ramos.  El plazo de ejecución, de 12 meses finalizó el pasado mes de febrero. Las actuaciones complementarias incluían un estudio de viabilidad para el uso del viaducto del Miño con dos vías, una estándar y otra de ancho ibérico, que finalmente se descartó y seguirá siendo de vía única, la reposición de tres pasos elevados que fue necesario demoler para poder instalar la catenaria, algunos de los cuales están todavía pendientes de construcción, el cierre perimetral del tramo ferroviario, que sí está prácticamente concluido, y la iluminación e instalaciones de seguridad y protección civil en los cuatro túneles existentes en el tramo.

Construcción de las bases de montaje de Meamán y Vilavella

Adjudicadas a las UTE Extraco-Cycasa, la primera de ellas, y a Cosfesa-Ortiz, la segunda, estos fueron los contratos que más problemas ocasionaron en el desarrollo del plan de montaje de la vía. Meamán, que debería estar operativa en agosto de 2019, sufrió un retraso de cinco meses y no empezó a operar, incluso sin estar concluida, en enero de este año. Vilavella, que iba a ser la principal base de operaciones para el montaje en el tramo gallego y en los 32 kilómetros desde su emplazamiento hasta Pedralba, quedó descartada al resultar imposible tenerla terminada a tiempo y solo opera como un punto de acopio de balasto, aunque Adif no descarta finalizar su construcción para convertirla en la base de mantenimiento de este tramo de la línea una vez que esté operativa, e incluso para poder actuar sobre la vía izquierda hasta Pedralba, cuando se construya.


Objetivo septiembre... Y después ¿Qué?


Si la crisis del coronavirus no altera los planes del Adif, es muy probable que se logre el objetivo de tener la vía con todos sus elementos finalizados para el mes de septiembre. Algunos de los trabajos, podrían incluso concluirse antes de los plazos marcados, como por ejemplo, el montaje de la vía izquierda. Otros, en cambio, como la instalación de la catenaria, podría alargarse unos meses más, puesto que todavía no han explicado los técnicos de Adif Alta Velocidad por qué un contrato que tiene su fecha de finalización de plazo de ejecución en enero de 2021, 22 meses de obra, se pueda resolver en 18 meses, septiembre de 2020, algo en lo que insisten desde hace ya un año, justo cuando el contrato fue formalizado. 

Superando esas dudas y dando por factible la finalización en ese plazo, ¿qué sucederá después? Es cierto que el tiempo de desarrollo de las pruebas, que es la clave para que los trenes puedan llegar a Ourense en 2021, se va acortando tras cada  nuevo tramo que entra en servicio. De dos años se pasó a 18 meses y, previsiblemente a 16 entre Zamora y Pedralba.  El objetivo de 2021,  supone un margen de 12 meses para las pruebas. Es cierto que si se van adelantando las pruebas de carga, que en el tramo anterior requirieron de más de 3 meses, es tiempo ganado para cuando la catenaria ya esté en uso. Pero no hay que olvidar que el mayor problema registrado en las pruebas del tramo anterior fue la indisponibilidad de material con el que realizarlas y en 2021 la línea gallega tendrá que compartirlo con otras que están, como la nuestra, a punto de estreno.

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