Abanca ha obtenido en 2020 un beneficio atribuido de 160 millones de euros, un 60,5 % menos que el año anterior, tras destinar 273 millones a anticipar provisiones ante la incertidumbre derivada de la pandemia de covid-19 y con el objetivo de afrontar el ejercicio 2021 desde una posición de solidez
El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, y el consejero delegado, Francisco Botas, han presentado esta mañana los resultados de la entidad en 2020, un año en el que integró a Banco Caixa Geral y compró la entidad vasca Bankoa, tras frustrarse la compra del banco portugués Eurobic, y en el que se convirtió en accionista mayoritario de Pescanova o del Deportivo de La Coruña.
Según han informado, el margen de intereses (el rendimiento del negocio bancario) ha crecido un 12 %, hasta alcanzar 643 millones, a lo que hay que sumar 234,2 millones de ingresos por prestación de servicios (comisiones y otros), que han aumentado el 14 %.
El margen bruto, que añade a los ingresos mencionados el resultado de las operaciones financieras, ha ascendido a 1.104 millones, lo que representa una aumento del 21,2 % respecto al año pasado.
El crédito a clientes ha aumentado un 6,6 % y ha alcanzado en 2020 los 38.352 millones, mientras que los depósitos han subido a 42.541 millones, el 11,3 %.
Con un 81,2 % de cobertura de activos dudosos y un 2 % de tasa de morosidad, la entidad cifra en 91.480 millones su volumen de negocio, un 7,5 % más -considerando la integración de Bankoa se sitúa por encima de los 95.000 millones de euros- en 2020, un ejercicio en el que Escotet confiesa sentirse "especialmente orgulloso del trabajo realizado"