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Una mujer denuncia que el amigo con el que dejaba sus hijos intentó abusar de ella, en O Barco

El juicio tuvo lugar ayer en el Penal 2. El inculpado, en el banquillo.
photo_camera El juicio tuvo lugar ayer en el Penal 2. El inculpado, en el banquillo.
El inculpado asegura que la joven, que era una buena amiga, "miente en todo"

Dos versiones totalmente diferentes fueron las que se escucharon este miércoles en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal 2. Un acusado de una agresión sexual, Aquilino S.R., de 62 años, asegura que la mujer que lo denunció el pasado año, una buena amiga a la que cuidaba sus hijos, "miente en todo". 

La joven, quien declaró por videoconferencia desde Ponferrada (León), no solo confirmó los términos de su denuncia sino que los testigos acreditaron la versión menos amable de la historia. Su hijo pequeño recurrió a una piruleta que llevaba en la mano para explicarle al fiscal cómo se encontró a "Quili" cuando entró en la habitación de su madre tras escuchar sus gritos. "Si la piruleta es mi madre, él estaba encima de ella", comentó. El abogado de la defensa arremetió después contra la versión del niño al considerar que su testimonio "está inducido" .

Los hechos sucedieron el 5 de febrero en una vivienda particular de O Barco. El acusado acudía por la mañanas a ese piso para cuidar de los dos hijos pequeños de N. por espacio de media hora ya que ella entraba pronto a trabajar y su marido tampoco se podía quedar. Ambos eran buenos amigos porque, según dijo la perjudicada, se habían conocido por sus respectivos hijos y ambos habían pasado por situaciones difíciles parecidas. El día que ocurrieron los hechos ella estaba en la cama porque había pasado una mala noche. Según relató,  el acusado entró al cuarto y, "aprovechando que estaba medio dormida", intentó besarla y tocarla, cesando en el momento en que entró uno de los niños alertado por sus gritos. En palabras del fiscal, "Aquilino se vino arriba dentro de la habitación".

La joven confesó que tardó una semana en denunciar porque no quería contárselo a su marido, pero el inculpado la acosó, frecuentando su lugar de trabajo y saliéndole al camino, y amenazó. Llegó a sentir vergüenza e intentó quitar importancia a lo sucedido.

 El fiscal, quien acusa de abusos sexuales, cree que el investigado "quiso llevar la relación de amistad más allá", llegando a calificar a la denunciante de "madre coraje". Además, recordó el empeño del acusado en pedirle fotos.

Reclama una pena de un año y tres meses de prisión por abusos  frente a los cuatro años y ocho meses de la acusación particular. El abogado de la mujer estima que hubo una agresión sexual al entender que se produjo un forcejeo entre ellos, además de acoso insistente (stalking), y un delito de amenazas. En cuanto a la responsabilidad civil, pide, además, 3.000 euros por daños morales. 

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