TRIBUNALES

Los acusados de una estafa en la provincia culpan a la empresa de seguros

Juicio macroestafa seguros Ourense
photo_camera Los acusados, durante la vista celebrada ayer en la Audiencia Provincial.

Piden penas de prisión para un hombre y su hija por quedarse con el dinero de las pólizas de clientes

La Audiencia Provincial celebró ayer la primera sesión del juicio por un delito continuado de estafa que sentó en el banquillo de los acusados a padre e hija y a la empleada que estos tenían en sus negocios de correduría de seguros entre Ourense y Verín. Enrique C.B y su hija Marta C.A, según el fiscal, habrían ideado un plan para apoderarse del dinero de las pólizas que suscribían sus clientes, que circulaban con sus vehículos creyendo que su seguro estaba en vigor. Hasta que tenían un siniestro o la Guardia Civil–descubridora de la trama–les solicitaba la documentación y comprobaban que no estaban asegurados. La trabajadora, Raquel A.P., conocía las actividades ilícitas de sus jefes y fue "colaboradora eficaz aunque no necesaria", según el fiscal.

El fiscal pide para Enrique cuatro años y cuatro meses de prisión por un delito continuado de estafa y falsedad en documento mercantil en concurso con un delito continuado de apropiación indebida; dos años y medio para Marta por los mismos delitos y una pena de un año y tres meses para Raquel al entender que no se benefició de la trama.

El principal encausado negó los hechos y culpa a la aseguradora de anular las pólizas y no informar a los clientes. Su hija aludió a "discrepancias" con dicha aseguradora, justificando que las pólizas estaban incluidas en un documento de reconocimiento de deuda, porque esta compañía no le había pagado el dinero procedente de comisiones y por el traspaso de la cartera de clientes. La empleada dijo enterarse de los hechos cuando su cuñado, cliente, y otros afectados, acudían a protestar a la oficina tras un siniestro u otras circunstancias en las que se enteraban de que no tenían seguro. Con todo, también denunció la actitud de la aseguradora de anular seguros y no informar al cliente.


Modus operandi


La forma de actuar de los acusados era requerir los pagos del seguro en mano en la oficina o a través de domiciliación bancaria en alguna de las cuentas de los acusados. El importe jamás llegaba a las aseguradoras, que anulaban las coberturas sin notificárselo al cliente, ya que no recibían el dinero. El cliente no se enteraba de que no estaba asegurado porque los acusados emitían un recibo de pago con el sello o el anagrama de su correduría o de la aseguradora para su falsa "tranquilidad", quedándose padre e hija con el dinero de los clientes, "movidos por ánimo de injusto enriquecimiento" y "amparándose en su credibilidad profesional". Según Fiscalía, Enrique llegó a quedarse con más de 103.000 euros que habían entregado los afectados con la primera correduría. Con la segunda, cuya administradora única era Marta, padre e hija obtuvieron ilícitamente más de 27.000 euros.

Enrique, el principal encausado, solo declaró a preguntas de su abogado, asegurando que su actividad era "meramente comercial" durante los 30 años que ejerció como corredor de seguros en la provincia, periodo en el que, según relató, llegó a tener una cartera de 3.000 clientes. "Con Axa hubo muchos problemas desde el principio, antes nunca había tenido dificultades para pagar nóminas", explicó.

"Axa quiso quedarse con la cartera de mi padre. Se quedó con los clientes de toda una vida por poco más de 26.000 euros", declaró la hija, que aseguró que Axa "ideó" todo. Sobre la anulación de las pólizas por parte de la aseguradora al no recibir los pagos que supuestamente los acusados se quedaban, dijo que "la aseguradora debía enviar una carta al cliente avisándolo" y que "si no se envió es porque estaban bien pagadas".

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