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Adicciones: peligro de recaída pero ocasión para detectarlas

Tabaco.
El confinamiento es un factor de riesgo alto y puede frenar los avances logrados por el tratamiento

Nada más oficializarse el estado de alarma, los hábitos y rutinas de la sociedad saltaron por los aires. Sin distinciones. Y dentro de los afectados, aquellas personas que luchan contra una adicción o que la tienen sin estar siendo tratados. Adicción a sustancias como el alcohol o el tabaco, pero también de comportamiento con la tecnología como protagonista. Sin la opción de un tratamiento cara a cara y confinados entre cuatro paredes, el peligro aumenta. Situaciones de tensión y estrés que pueden provocar una recaída. 

"Una situación de confinamiento genera un estado de ansiedad, de frustración y de falta de contacto social. Todo eso aumenta la posibilidad de buscar una sustancia o un elemento externo que mitigue esa ansiedad. Las personas que antes de esta situación estaban en una situación de adicción lo estarán pasando mal. Es un momento nada beneficioso para tratar las adicciones. Sin embargo, es menor la probabilidad de caer en circunstancias normales, cuando no está desarrollada la adicción. El motivo, es que hay una menor disponibilidad de esas sustancias", analiza Antonio Rial Boubeta, profesor de la Universidad de Santiago y experto en adicciones.

Rial considera que la situación actual constituye un reto para las personas adictas. "Dependerá de cada persona y el apoyo social o familiar que tenga. Pero lo normal es que el riesgo ahora sea mayor para los que tengan problemas con el alcohol, tabaco o incluso cannabis. Puede aumentar. No siempre, porque cada caso es un mundo. No poder acceder a terapia de la forma más habitual, cara a cara, es un problema. Se está poniendo de manifiesto la importancia del tratamiento psicológico", destaca Rial.

Conflictividad familiar

Adicciones que pueden tener otras consecuencias, al margen del deterioro de la salud. Especialmente en aquellos hogares en los que convivan durante 24 horas varias personas. "Se puede llegar a tener la disculpa del, en esta situación desesperada, 'todo me da igual'. Sin olvidar la conflictividad que puede traer. La violencia familiar y doméstica fruto de las adicciones en una situación de confinamiento, con rutinas diferentes... Es complicado", señala.

La propia Organización Mundial de la Salud incluyó esta entre sus preocupaciones en plena crisis del coronavirus: "No busquen canalizar sus emociones fumando, bebiendo alcohol o consumiendo productos estupefacientes", destacó entre sus recomendaciones para "hacer frente al estrés" durante la epidemia global.

"Es también una ocasión para reflexionar sobre las adicciones, de sustancias o de comportamiento. Estamos en una sociedad consumista. No solo de drogas, también de emociones", concluye el profesor Antonio Rial.

‘‘‘He vuelto a fumar tras dos meses sin hacerlo"simon_resultado

Simón Martínez había conseguido lo que, para muchos, es lo más complicado. Había pasado de fumar una cajetilla al día ("a veces más") a limitar el consumo de nicotina a uno os cigarros diariamente. Pero llegó el estado de alarma, la cuarentena y un ERTE. "Y he vuelto a caer. Llevaba dos meses en mínimos. Bastantes días incluso sin fumar. Pero ahora he vuelto casi a mis niveles anteriores. Una pena. Y sé que es culpa mía. Pero el encierro afecta y las preocupaciones aumentaron", destaca el ourensano afincado en Vigo por un trabajo que espera la vuelta a la normalidad. "Me fastidia haber recuperado el hábito. Cuando esto pase intentaré dejarlo otra vez". Nuevo propósito.

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