CRÓNICA

Adornos para no perder la ilusión

Decoración navideña a la entrada del local de Mandarina Home, en la calle Ramón Cabanillas (MARTIÑO PINAL).
photo_camera Decoración navideña a la entrada del local de Mandarina Home, en la calle Ramón Cabanillas (MARTIÑO PINAL).
Los negocios de la ciudad se esmeran en decorar sus escaparates con el objetivo de ganar visibilidad, incentivar el consumo local y ofrecer a los ourensanos una época festiva cargada de ilusión y lo más normal posible.

El comercio local saca sus mejores galas para demostrar que las duras restricciones no mermarán ni la ilusión ni las ganas de celebración ante las inminentes y futuras festividades.

Los escaparates de varios negocios de la ciudad están desde la semana pasada repletos de calaveras, telarañas y calabazas. Adornos relativos a Halloween que rompen la monotonía del escenario urbano y cautivan las miradas de aquellos curiosos que se acercan a comprobar que, efectivamente, el comercio local sigue vivo y a pleno rendimiento. Algunos incluso han sacado la artillería pesada y ya han expuesto árboles, bolas y lazos, adelantándose a la campaña de Navidad. Este es el caso de la tienda de muebles y accesorios Mandarina Home, en la calle Ramón Cabanillas, donde el optimismo en las previsiones llega a su clímax, luciendo en su escaparate sendos árboles de varios metros completamente ornamentados, flanqueados por figuras e iluminación que evocan regalos y la Nochebuena. "Estamos lanzados, llevamos una semana con la Navidad, y queremos que la gente la reciba de la misma forma", detalla Óscar Sánchez, gerente del negocio, garantizando "una buena campaña, ofreciendo la versión más normal e ilusionante posible de esta típica festividad". Extrañamente, la temporada de los difuntos no la trabajan, pero el gerente infunde ánimos a quienes sí lo hacen: "Por espacio nosotros no podemos, dado que estamos completamente volcados con la Navidad, pero es otra vía para las tiendas de demostrar a los ciudadanos que las fiestas están aquí, que en estas crisis siempre hay oportunidades de negocio y que, lógicamente, debemos espabilarnos para no estancarnos y entrar en depresión".

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Escaparate de la tienda de ropa Fishikii, en Concordia.

Calabazas con mensaje

Asimismo, varios locales se esmeran en pulir sus decoraciones para los días fuertes de Halloween. "Es un movimiento de marketing para fomentar el consumo, pero también una reivindicación para que sigamos con la misma vida", explica Andrea Diz, dependienta de la papelería Carlin de Santo Domingo. La trabajadora asegura que "la situación covid es seria, pero tampoco nos puede afectar hasta el punto de privarnos de hacer cosas cotidianas o celebrar fiestas".

En la calle Bedoya, María Ávila, gerente de la confitería Miguel, organiza pedidos y coordina a sus empleados mientras señala al escaparate de su negocio, afirmando que "la decoración es parte de la atracción para encandilar al cliente". La veterana repostera, que prefiere referirse a Halloween con su denominación original celta, "Samaín", señala que "las personas somos de costumbres. Queremos llevar las tradiciones a nuestros hogares, y a pesar del covid, seguimos cumpliendo con el mejor de nuestros esfuerzos para ofrecer a los clientes productos que mantienen la esencia de cada época festiva". Ávila finaliza recalcando que "llevamos desde agosto preparando los productos navideños, como el turrón o los mazapanes", y anuncia que en breve perfilarán la decoración para exponer los postres, aunque entre risas reconoce que "la otra tienda que tenemos en Ramón Puga está mejor decorada, porque está más orientada a regalos, y está mi hermana que es muy artista para estas cosas". 

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Adornos de la Confitería Miguel, en la calle Bedoya.

 

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