Opinión

Agua milagrosa

La Guardia Civil investiga penalmente a un vecino de Cangas al que se le acusa de un presunto delito contra la salud pública por comercializar MMS (las siglas en inglés de Solución Mineral Milagrosa compuesta por clorito de sodio y ácido clorhídrico) a través de internet. El ser humano es increíblemente crédulo ante cualquier tipo de superchería. 

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios prohibió en el año 2010 la venta y publicidad de Depur, nombre que recibe el producto elaborado, al constatar el riesgo para la salud. Han pasado ocho años y si el hombre continuó con el negocio es porque no le faltaron pardillos a los que no dejar sin consuelo o engañar sin piedad. La Guardia Cilvil alerta de que el agua "milagrosa" que se anuncia como remedio para casi todo tipo de enfermedades es un producto tóxico que "ofrece falsas propiedades curativas". En otra página web vinculada a la empresa, "cuyo objeto es la comercialización por correspondencia de productos de estética, cosmética, nutrición, mantenimiento y cuidado corporal", el supuesto 'sanador' aportaba "testimonios de curaciones y protocolos de actuación y dosificaciones", según las pesquisas en las que participaron el Equipo de Policía Judicial de la benemérita y la patrulla del Seprona de Cangas .

En la Costa da Morte trabajaba hasta hace unas tres décadas una meiga muy milagrosa, como en tantas otras partes de Galicia, y cuyas historias de curaciones y conjuros cautivaban sobre todo a los rapaces de la comarca. La anciana se guiaba por un libro del que todo el mundo hablaba pero nadie había podido hojear. Murió la meiga y se cerró el negocio que ya había desempeñado su madre. Pasado un tiempo, este chófer de anécdotas quiso conocer el contenido de ese libro misterioso para hacer un reportaje. Un vecino se prestó a preguntar por él a los descendientes, enrolados en una actividad más prosaica como el transporte escolar. A los pocos días regresó con la respuesta: "Me dice que no te lo pueden enseñar porque en caso de que les vaya mal el negocio vuelven a abrir el libro". Y seguro que tendrían cola en la puerta porque para la ingenuidad no hay pastilla y ante una situación de desesperación el sentido común guarda reposo.  

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