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Ahora ya lo sabéis

Lugo.  31-05-15. Deportes. 4º partido de play off deascenso á ACB entre o Breogán e o Cob.
foto: Xesús Fariñas
photo_camera Lugo. 31-05-15. Deportes. 4º partido de play off deascenso á ACB entre o Breogán e o Cob. foto: Xesús Fariñas

He iniciado el primer párrafo de esta columna una vez más de las veces que lo he borrado. Cada comienzo me disgustaba por diferentes motivos, unas veces me parecía prepotente lo que escribía y otras no tenía la sensación de conseguir reflejar lo que quería decir. Pero el tema no variaba, seguía siendo el mismo. No conseguía que las palabras en mi cabeza brotaran con la velocidad suficiente para pensar: ahora sí.

Yo soy de los que creen qué si no eres parte del problema, seguramente tampoco serás parte de la solución, y sobre esa teoría me he basado para darme cuenta de que la traba no era tanto el cómo decirlo, sino saber realmente si quería contarlo.

Y es que, el 2 de junio de 2015 (éste es el inicio problemático), fue un día imborrable para todos los ourensanos (ahí es dónde me siento prepotente). Un equipo de baloncesto consiguió que toda la ciudad, incluso la provincia, se sintiese orgullosa de que el COB formara parte de sus vidas. Desde ese día hasta el definitivo NO, todo el mundo lo vivimos de manera particular. Hemos leído y hablado mucho de ello, ahora voy a contar lo que yo sentí.

Creo que no hace falta describir las sensaciones inmediatas al final del partido, aunque me vino a la cabeza el haber cumplido la petición que mi amigo Antonio me había hecho un año antes de morir cuando, estando yo aún entrenando en Melilla, a mi pregunta de qué quería que hiciera (él no dejaba que fuera a verlo), me contestó: “Yo quiero que asciendas a ACB”. Ese año perdimos la final en el 4º partido, pero tres años más tarde pude dedicárselo.

También hubo una sensación indescriptible en esos dos meses: era sentir el orgullo de tus familiares y amigos por la gesta conseguida, es difícil explicarlo pero lo notabas. Recuerdo especialmente una comida con todos mis amigos de Noja −llevamos juntos más de 35 años−, para celebrar ese ascenso. Fue un momento excepcional. Me regalaron una camiseta firmada por todos que tengo expuesta en mi casa con el resto de recuerdos importantes conseguidos por el basket.

Pero todo esto cambió con el NO definitivo y algo me invadió en ese momento. En mi interior sentí −no me preguntéis el motivo− que acababa de fallar a toda mi gente. Fue un sentimiento de fracaso total muy difícil de exponer con palabras −aún no lo consigo− y eso se instaló en mi cabeza durante mucho tiempo. Nunca lo había contado, ahora ya lo sabéis.

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