Alarma en Ribadavia por el hallazgo de gatos envenenados

La asociación Micos da Vila se encarga de la manutención de los felinos en el casco histórico

El hallazgo de cinco gatos envenenados en aproximadamente un mes ha puesto en alerta a la asociación Micos da Vila, que se encarga de la alimentación y cuidado de los numerosos felinos que tradicionalmente residen, fundamentalmente, en el casco histórico de Ribadavia. Cuatro fueron encontrados ya muertos por distintos vecinos en la zona de A Barca, cerca del río Miño, y el quinto aparecía en la Praza Maior todavía vivo, por cuyo motivo fue trasladado a una clínica veterinaria en donde murió por envenenamiento. 

Por ese motivo, la asociación avisa de que puede ser una acción intencionada y que incluso los vecinos con mascotas tengan el máximo cuidado.

María José Bouzas, Minia Laiño e Irina Kulikova crearon la asociación hace cerca de seis años para el cuidado de los gatos y también con el compromiso de mantener limpios los entornos en donde residen las colonias y en las que el Concello de Ribadavia ha instalado cuatro casetas hace aproximadamente tres años. Con esta medida, los responsables municipales facilitan la labor a Micos da Vila, ya que cada una de sus socias, junto con una colaboradora, se encarga de surtir de comida y agua a los gatos y también de mantener la zona limpia. "Aún así hay gente que les da comida y dejan restos en las calles", señala María José Bouzas, insistiendo en que si se instalaron las casetas ha sido precisamente para evitar los desperdicios en los espacios públicos.

La entidad desconoce la forma en que se han producido los envenenamientos, incluso señalan que pudieron ser accidentales, pero también temen que fuesen intencionados y por ello toman precauciones.

La proliferación de los mininos había motivado la instalación de las casetas en el entorno de la Praza Maior, en la Fonte dos Caños, en As Banquetas y en Extramuros. Por aquel entonces también se había realizado un censo de animales y una campaña de esterilización. Desde entonces es la asociación la que se hace cargo del mantenimiento, atención veterinaria y, cuando pueden, de su esterilización, "lo pagamos todo de nuestros bolsillos", matizan.

El Concello de Ribadavia sacó a principios de año un bando prohibiendo dar de comer a los gatos en las calles, limitando su manutención a los lugares en donde están las casetas, al mismo tiempo que se comprometía con Micos da Vila a habilitar una partida económica para la esterilización. "Pero eso fue antes del confinamiento y estamos a la espera", señalan.

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