Una veintena de vecinos de Queiroás realizaron ayer la "mallada" del centeno, una labor que forma parte del Ciclo de Pan, que recuperó el Grupo Espiga Mallada.
Los vecinos de Queiroás (Allariz) se resisten a ver desaparecer tradiciones tan arraigadas como el que denominan ciclo del pan. Hace 17 años que el Grupo Espiga Mallada comenzó a recuperar los trabajos que finalizan con el cocido del pan, en los hornos de leña. Ayer, los seis integrantes del colectivo dirigieron las labores de la "mallada", la recogida del centeno con hoces.
La fiesta de recuperación de esta tradición comenzó a las 10,00 horas, en una reunión de la veintena de personas que segó el centeno. Acudieron ataviados con indumentarias propias del siglo pasado, según explicó un miembro de la organización, Francisco Fernández.
La "mallada" es la segunda labor, después de la siembra, del citado ciclo del pan y las labores de esta actividad se prolongaron durante toda la mañana. Solo fueron suspendidas por el desayuno, que también fue tradicional, con queso, torrijas o filloas. Los "mollos" de centeno acabaron reunidos en dos grandes "medas".
La fiesta fue seguida por más de 200 personas, que una vez acabado el trabajo en el campo, se sumaron a la comida popular. Los asistentes volverán a juntarse el 3 de agosto. Para esa fecha fue fijada la "malla" del centeno, que los vecinos realizarán mediante dos métodos, el de siempre, a mano, y también valiéndose de una "malladora" antigua. Ese mismo día, por la tarde, será la "moenda", en un molino de Allariz. Un día después, el pan será cocido en un horno de un pueblo próximo a Queiroás.n
