en ourense

Alona, un ángel desde Chernóbil

Alona Mikhailova, de seis años, colorea un libro en casa de su familia de acogida, Lorena e Ismael, en la aldea de Souto (Salamonde, Carballiño).
photo_camera Alona Mikhailova, de seis años, colorea un libro en casa de su familia de acogida, Lorena e Ismael, en la aldea de Souto (Salamonde, Carballiño) (MARTIÑO PINAL).

Esta pequeña de seis años disfruta de su segundo verano en Ourense, lejos de su casa en la región de Briansk, una de las más afectadas por la radiación de Chernóbil. Cada mes aquí, su esperanza de vida aumenta en un año. 

Aún existe Chernóbil. Después del mayor desastre nuclear de la historia, en 1986, las consecuencias perduran en niños que nacieron décadas después de la catástrofe. Alona Mikhailova es el ángel que llegó a casa de Ismael y Lorena, en Souto, una pequeña aldea de O Carballiño, desde una de las regiones más afectadas por la radiación, Briansk. Los seis años de la pequeña le dan todo el derecho a pensar que viene de vacaciones. Sus padres saben que es mucho más que un verano lejos de casa. Este es ya el segundo.mtp9937_result

"Cada mes aquí, su esperanza de vida aumenta en un año", cuentan Ismael y Lorena. Son la familia acogedora más joven del programa de la asociación Ledicia Cativa, que cada año trae a menores de estas regiones afectadas por Chernóbil a pasar el periodo estival en Galicia.

Los efectos de Chernóbil siguen en el suelo, en la tierra de la que salen los productos de los que se alimentan pequeños como Alona. "Todo lo que comen está contaminado. Cuando llegan aquí mejoran mucho la nutrición. Intentamos que coma mucho pescado, algo que allí no tienen posibilidad", explican Ismael y Lorena.

A Alona se le iluminan esos ojos azules cada vez que escucha las palabras playa o piscina. "Un mes antes de llegar ya nos pregunta", dicen los jóvenes. El contacto con la niña y con los padres es permanente durante todo el año. Alona tiene otra familia en Ourense. Y muchas ganas de ir a la playa, que ya lleva una semana aquí. Así se lo recuerda a Ismael y Lorena. 


"Todo el mundo debería ver la serie sobre Chernóbil"


Ismael y Lorena han aprendido durante este tiempo, además de ruso, terminología que desconocían. Relacionada con la radiación y sus efectos sobre la salud. “Le ha bajado a la mitad desde el año pasado, tenía 80 nanocurios y este año está en 28”.Es habitual que las familias acogedoras lleven a los menores que llegan al pediatra y al dentista. Una responsabilidad de la que se hacen cargo estos jóvenes. "Inteligente y buena", así es Alona para su segunda familia. De ella han aprendido mucho más que ruso. El vínculo es ya irrompible. Lorena e Ismael dejan un mensaje: "Les recomendamos a la gente y a los políticos que vean la serie sobre Chernóbil, para entender la magnitud del desastre y percatarse de la labor de la asociación, que ayuden con más subvenciones". 
 

Te puede interesar